Carod garantiza en Madrid que Esquerra será un factor de estabilidad y colaboración

Ni la independencia de Cataluña es para la legislatura que comienza, ni el republicanismo de Esquerra Republicana (ERC) es un empeño antidinástico, ni la unidad de los países de habla catalana es un proyecto que pretenda imponerse. Éstos son algunos de los mensajes tranquilizadores lanzados ayer por el líder de ERC, Josep Lluís Carod, en su primera visita a Madrid tras las elecciones. "No se me asusten", dijo a los empresarios que le escuchaban, convocados por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE). Carod reiteró que el modelo de España construido por el PP es "excluyente" de las nacionalidades. "Si no nos aceptan tal como somos, me pregunto por qué todavía estamos aquí", espetó. Sin embargo, dejó claro que su apuesta es hacer de Esquerra "un factor de estabilidad" y de "colaboración sincera" con todas las comunidades.

Carod dedicó su primera intervención pública en la capital de España a deshacer la imagen de peligroso radical con que fue caricaturizado durante la campaña electoral y después de su éxito. Intervino en una vídeoconferencia organizada por la CEDE en un hotel de Madrid. Y allí dejó claro que efectivamente propugna la independencia de Cataluña, pero ante todo se define como demócrata y persigue sus objetivos "con métodos impecablemente políticos, pacíficos y democráticos".

El parlamento inicial de Carod, que fue presentado por el presidente de la CEDE, Isidre Fainé, director general de La Caixa, estuvo dedicado a explicar su programa, con insistencia en la puesta al día de las infraestructuras y el sistema educativo, la reforma del Estatuto de Autonomía y la mejora del sistema de financiación. Tras esta introducción, Carod respondió a las preguntas de los asistentes, unas 140 personas, más las de los miembros de la CEDE que participaban desde Palma, Valencia, Sevilla, Canarias, Barcelona y Girona.

"No se asusten"

La ocasión se prestaba para especificar el alcance de las afirmaciones más rotundas de Carod. El auge del independentismo se debe en gran parte a que el PP "está construyendo un Estado excluyente, en el que muchos catalanes no nos sentimos cómodos", explicó. Pero la segunda parte de este aserto fue un guiño al PSOE, consistente en reclamar "otro modelo de Estado desde la oposición". A una de las preguntas respondió: "No se asusten, en cuatro años no se proclama la independencia, como no se va a la implantación de la sociedad socialista en una legislatura" aunque figure en los programas de partidos como el PSOE. El objetivo inmediato es, simplemente, dar "pasos significativos".

Pero ¿puede Cataluña correr la aventura de perder el mercado español?, le objetaron. La respuesta fue un no rotundo. "De lo que se trata es de reforzar el mercado español, pero trabajando en la perspectiva de que en la actualidad el mercado interior es en realidad el mercado europeo". Y así, con todos los puntos calientes del discurso de ERC. El republicanismo de Esquerra es hoy, dijo, "una cuestión de valores más que de política antidinástica", valores republicanos como el laicismo, la igualdad, la libertad, la fe en la difusión de la cultura y la enseñanza.

Otra de las cuestiones planteadas en el coloquio fue la de la solidaridad económica de Cataluña con el resto de España. ¿Cuánto va a pedir Esquerra para Cataluña?, le preguntaron. La respuesta fue que los catalanes serán "tan solidarios como sea menester, pero no más". En cualquier caso, advirtió, la cuestión no está en cuánto va a pedir Cataluña "sino en cuánto va a dejar de irse", para poner fin a un déficit fiscal que la ha convertido en una "sociedad estresada". Explicó que Cataluña necesita poner al día sus infraestructuras aeroportuarias, ferroviarias, de carreteras y telecomunicaciones y si no lo ha hecho se debe a una "insuficiente inversión del Estado".

A propósito del déficit fiscal, Carod señaló que su partido "no habla de pagar menos, ni de no ser solidario con el resto de España", sino de que se invierta en Cataluña una parte mayor de su contribución, para afrontar inversiones como un enlace ferroviario de ancho europeo con Francia o un aeropuerto con enlaces transoceánicos.

Las explicaciones del líder republicano causaron "buena impresión" entre los asistentes, según dijeron los organizadores. Se trataba sobre todo de ejecutivos, que fueron sensibles a la insistencia de Carod en los aspectos económicos más que en planteamientos políticos o ideológicos. "Ha gustado la imagen dialogante y constructiva que ha dado", dijo uno de ellos.

Carod quiso destacar que Esquerra se ha hecho cargo del área de promoción económica en muchos de los ayuntamientos en los que gobierna, entre los que destacó el de Barcelona, para dejar bien sentado que su partido se mueve en el ámbito de la ortodoxia económica. La presencia de Esquerra en el próximo gobierno catalán, que dio por segura, aunque sin precisar nada sobre las alianzas que está negociando, "será un factor de estabilidad", garantizó.

Y no sólo desde el punto de vista económico. También en el plano político. Preguntado sobre su proyecto de unidad política de países catalanes, Carod dijo que no piensa en ninguna imposición: "Estamos a lo que diga la mayoría", insistió. También tuvo una queja. Una de las sorpresas negativas de estos días ha sido comprobar, "hasta qué punto el proyecto nacional español reposa todavía en bases étnicas, que han llevado a algunos a descalificarme por mi condición de catalán medio aragonés", lamentó.