La oposición reprocha a Aznar que haga coincidir el debate parlamentario con el funeral

La Junta de Portavoces en el Congreso de los Diputados fue ayer breve y enconada. Breve porque los portavoces de la oposición tenían prisa pues les esperaba un acto de homenaje a las víctimas del franquismo. Y enconada porque les pareció muy mal que el Gobierno les comunicara, a través del portavoz del Grupo Popular, Luis de Grandes, que el debate sobre Irak se celebrará hoy, el día del funeral por los siete militares muertos el sábado en Irak. La oposición entendió que el presidente del Gobierno, José María Aznar, intenta zafarse del debate al celebrarlo sólo horas después de enterrar a las víctimas. El PP y el Ejecutivo replican que el presidente pidió comparecer cuanto antes y sólo para tratar del ataque del sábado.

Los portavoces de la oposición recorrieron en una acalorada conversación el breve trayecto desde la sala en la que se celebró la Junta de Portavoces y la que acogió el homenaje a las víctimas del franquismo. "¡Es inaudito, quieren convertir un debate sobre Irak en un homenaje a los soldados muertos!", exclamó la portavoz adjunta del PSOE, María Teresa Fernández de la Vega. "Pues yo voy a decirles lo mismo mañana que cualquier otro día", terció Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV. "Lo suyo son los trágala para todo", apostilló Gaspar Llamazares, de IU.

Eso fue en el recorrido. Cuando llegaron a la puerta donde iba a celebrarse el acto sobre el franquismo, las cámaras sólo detuvieron a Jesús Caldera, portavoz socialista, y a Llamazares. Ambos coincidieron en su crítica al Gobierno. "Hay días para el luto y para el dolor, y otros para el debate político", proclamó Caldera. A lo que Llamazares apostilló: "Están intentando ocultar el debate político y la vergüenza de la guerra detrás del dolor, de los crespones negros y del luto de los españoles".

Lo que públicamente criticaron Caldera y Llamazares es que la comparecencia urgente en el Congreso que el presidente Aznar anunció el domingo se celebre esta tarde, a las cuatro. "Lo único que hemos conseguido es que el debate no sea con los militares de cuerpo presente, pues pretendían hacerlo por la mañana y que después fuéramos al entierro", se quejó Caldera.

Luis de Grandes, portavoz del PP en el Congreso, respondió a estas críticas de la oposición muy poco después. Aseguró que ha sido Aznar quien ha pedido comparecer en el Congreso, y no para hablar de forma genérica de la situación en Irak sino para tratar sobre "el asesinato de siete servidores públicos". Por eso, precisó, la petición de comparecencia del presidente no se ha unido a otras "aún vivas" de la oposición que reclamaban un debate más genérico sobre la guerra de Irak.

La comparecencia del jefe del Gobierno seguirá el modelo marcado por el artículo 203 del Reglamento del Congreso. Es decir, Aznar hará una primera exposición. Después los portavoces de los distintos grupos tendrán 10 minutos para fijar su posición o hacer las preguntas que estimen oportunas. Y el presidente les responderá uno a uno o agrupando a varios grupos. Y no habrá, en principio, posible contrarréplica.

Tanto el PP como el Gobierno enfatizaron ayer que "es contradictorio criticar a la vez a Aznar porque no acude al Parlamento y porque lo hace", y que "el luto es compatible con el trabajo y el de los parlamentarios es acudir al Congreso". A juicio del grupo mayoritario, "la queja del PSOE quizá responde a que [José Luis Rodríguez] Zapatero no se atreve a decir lo que piensa porque es un día de luto, o le da vergüenza, o diría una cosa distinta el martes del miércoles".