_
_
_
_
LOS RIESGOS DE LAS TROPAS ESPAÑOLAS

Trillo cree que los agentes del CNI fueron seguidos y eran "un objetivo elegido"

Los espías pudieron resistir durante casi media hora al ataque con granadas y metralletas

Jorge A. Rodríguez

Los agentes del Centro Nacional de Inteligencia habían sido objeto de un "seguimiento muy estricto" antes de caer en la "emboscada" tendida en Lattefiya que acabó el sábado con la vida de siete de ellos. El ministro de Defensa, Federico Trillo, explicó ayer que los militares se estaban "intercambiando" las fuentes de información sobre el terreno antes de que cuatro de ellos regresaran a España, motivo por el que los ocho viajaban juntos en dos vehículos. Y también explicó que los agentes sabían que podían ser objetivo de un ataque, porque "España estaba recibiendo amenazas de forma persistente".

Más información
El jefe de las tropas en Nayaf avisa de que la muerte de los agentes les deja sin información
La oposición reprocha a Aznar que haga coincidir el debate parlamentario con el funeral
Los Reyes y el Príncipe presiden los funerales por los siete agentes españoles muertos en Irak
Aznar: "España seguirá en Irak porque nuestra retirada sería el triunfo del terror"
Defensa ordenó la repatriación y las autopsias de los agentes del CNI sin permiso judicial
Herido muy grave en un tiroteo en Irak el jefe de seguridad de la Brigada Plus Ultra

Los agentes, según fuentes del CNI, habían almorzado con otros compañeros en un hotel de Bagdad antes de volver a Diwaniya, base de la Brigada Plus Ultra. Supuestamente se habían reunido "con fuentes de información sobre el terreno" para que éstas conocieran a la célula que iba a quedarse en la zona tras el relevo que iba a producirse el 30 de diciembre.

Optaron para el regreso por la carretera Hilla, en vez de por la autopista, por creerla más segura. "En la carretera se pueden esperar menos sorpresas porque está más transitada, es una vía que se utiliza mucho y, como no es una autopista, tiene mucho tráfico y se piensa que van a pasar más desapercibidos", según contó ayer Trillo-Figueroa en una narración de los hechos que abre algunas dudas.

- ¿Por qué iban ocho juntos? No es lo habitual, según admitieron ayer agentes del CNI y confirmó el ministro: "No es común que ocho agentes del servicio de inteligencia actúen juntos". Pero al tratarse de un relevo, tenían que estar juntos para la reunión con los informadores locales. No obstante, y precisamente por ir juntos, "decidieron adelantar la hora de su retorno porque volvían hacia lo que puede considerarse su base principal de actuación en la zona española, desde Bagdad", agregó Trillo.

- ¿Casualidad o elección? Defensa se inclina porque eran "un objetivo elegido". De hecho, habían adelantado la hora de salida y habían optado en el último momento por una de las dos carreteras de regreso. Para Trillo, la hipótesis "más inquietante y razonable", sin excluir otras, es la de que los asesinados eran el "objetivo elegido". El ministro cree que pudo haber "un seguimiento muy estricto" de los agentes o "algún tipo de contacto de observación o seguimiento". La otra hipótesis es que los ocupantes de los dos vehículos todoterreno blancos fueran identificados como occidentales miembros de la coalición o de la CIA y que se les tendió una emboscada después de que algún grupo de la resistencia les viera pasar por la carretera. "Allí no distinguen si son españoles o de otro lado: lo que les importa es la eficacia", según fuentes antiterroristas. La Asociación Independiente de la Guardia Civil no duda de que el CNI está "infiltrado de agentes secretos de Sadam".

- El ataque. El ministro relató que los agentes, tras ser ametrallados por un vehículo que los adelantó, lograron repeler la agresión durante 20 o 30 minutos. Poco pudieron hacer con sus armas cortas contra los fusiles Kaláshnikov y las granadas RPG. Los primeros policías iraquíes tardaron aproximadamente 90 minutos en llegar.

- La llamada a Madrid. Dos de los agentes, Carlos Baró Ollero y José Manuel Sánchez Riera, lograron sobrevivir en los primeros minutos del ataque: el primero alertó al CNI en Madrid antes de ser abatido y el segundo pudo sobrevivir tras reptar por un barrizal. El procedimiento de seguridad que tenían aprendido era llamar a la central de La Casa, sita en Madrid, al borde de la N-VI, ya que, según han explicado agentes del CNI, "no tenían ningún tipo de contacto con las fuerzas de Estados Unidos". Además, las comunicaciones por el teléfono satélite Thuraya se establecen más fácilmente con España que con un terminal en el interior de Irak.

- La tardanza del rescate. La primera en llegar fue la policía iraquí que, a su vez, fue la que dio el primer aviso a la 82 División Aerotransportada de EE UU. Helicópteros españoles tuvieron que sobrevolar la zona del ataque durante una hora. "La opción, tal y como estaban las cosas en la carretera, era bajar a saco y sacarlos a tiro limpio o esperar a que llegaran por tierra, porque por lo que sabíamos ya estaban muertos", según agentes del CNI. Luego se ensañaron con sus cadáveres.

- Medidas de seguridad. El CNI y los GEO habían advertido en agosto y octubre de lo peligroso de los desplazamientos. "Los agentes estaban mimetizados en la zona y adoptaban todas las medidas de seguridad", según fuentes del CNI. "Se confundían con el paisaje", según Trillo. Otras fuentes indicaron que al menos Alberto Martínez era "perfectamente conocido" por el espionaje iraquí, ya que antes de la guerra era "un agente declarado y no encubierto".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_