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Los ríos vascos no contaminados pasan de 17 a 26 en un año

El Nervión tiene el cauce con más toxicidad de todo el País Vasco

El número de ríos vascos en buenas condiciones ha logrado prácticamente equipararse a los que presentan carencias: 26 de los 53 analizados el pasado año presentan aguas no contaminadas, según el último informe del Gobierno vasco. La mejoría ha sido sustancial respecto a 2001, cuando sólo había 17 cauces sin problemas de índole medioambiental. La contaminación persiste en los guipuzcoanos Oria y Deba y el vizcaíno Nervión, donde "el estado general es muy malo". El informe alerta también de los problemas en los estuarios a causa de vertidos y obras acometidas.

Desde 1993, el Departamento de Medio Ambiente realiza anualmente un estudio sobre los ríos del País Vasco cuyo ámbito de análisis ha aumentado paulatinamente. De la veintena de ríos examinados hace diez años se pasó a los 45 de 1999 y a los 53 examinados en los dos últimos ejercicios, 2001 y 2002. El último informe se basa en los datos tomados por las 92 estaciones de muestreo en varios tramos de los cauces, que comprueban medio centenar de parámetros físicos y químicos y además estudian las comunidades vegetales y animales.

Medio Ambiente utiliza para determinar el estado de cada río un indicador biótico, que mide la vida existente en los cauces, la resistencia frente a la contaminación, la calidad de agua para el abastecimiento y el baño y la vida piscícola. Por ello establece seis niveles diferentes, que van desde las aguas muy limpias, las no contaminadas y las que presentan algún efecto tóxico hasta las contaminadas, las que añaden el calificativo de "muy" afectadas y las fuertemente contaminadas.

El sucio Nervión

Los datos referidos a 2002 indican que 26 de los 53 ríos analizados presentan aguas muy limpias o no contaminadas; otros 9 tienen alguna afección y los 18 restantes ofrecen una contaminación significativa, en los tres niveles más altos del indicador. La mejora ha sido significativa respecto a 2001, cuando había 17 cauces en buenas condiciones. En 1998, según los datos del Gobierno, sólo había cuatro ríos en buen estado ambiental entre los 33 que se analizaron aquel ejercicio.

Los que presentan mayor grado de toxicidad son el Nervión -que registra el máximo nivel negativo en tres de sus cuatro estaciones de muestreo-, Ego, Deba y Oria, seguidos por el Ibaizabal, Asua, Oñati y Karrantza. El informe achaca estas deficiencias a la "insuficiente depuración, la falta de infraestructuras de saneamiento y las presiones urbanísticas e industriales que provocan una baja calidad de cauce y de ribera". El mejor estado se localiza, mayoritariamente, en ríos de menor recorrido, como el Galdames, Bidasoa, Andrakas, Atxispe, Butroi, Artzalerreka, Herrerías, Ea, Lea, Golako, Mape, Oka, Omecillo, Tumecillo, Urteta, Purón, Ayuda, Barrundia y Urkiola. En todos ellos se registra el mejor nivel, el que indica aguas muy limpias.

El estudio de la denominada red de vigilancia de la calidad de las aguas y el estado ambiental explica que la mejora general del pasado año se debe "en cierta medida" al mayor caudal del verano de 2002 -fue especialmente lluvioso-, lo que ha evitado la mayor contaminación y menor oxigenación de los ríos originada por las situaciones de bajo caudal.

El estudio destaca, como ejemplos de recuperación de la fauna, lo ocurrido en el Urola, con la puesta en marcha de una depuradora que ha provocado la "aparición de numerosas especies de peces". Sin embargo, en otros casos la mejora de la calidad fisico química no ha servido para recuperar el ecosistema, debido a la insuficiencia de los procesos de depuración o a vertidos accidentales, como en el Ibaizabal.

Asimismo, se alerta sobre otros impedimentos para lograr el buen estado ecológico, como las barreras físicas de las presas y el "muy bajo grado" de conservación de las riberas.

Medio Ambiente advierte de los problemas que persisten en los estuarios debido a la proximidad de vertidos y obras. El pasado año hubo una mejoría respecto a 2001, pero sólo cuatro de los 13 analizados presentan un buen estado. Otros siete tienen una situación regular y uno, el de Oiartzun, cuenta con una contaminación fuerte. "Se ha pasado de un 35% de contaminación ligera o no contaminado en 2001 al 47% en 2002".

En cambio, las aguas litorales mantienen una alto grado de calidad, "reflejo de la menor influencia que sobre ello tiene la actividad humana". El pasado año, el 100% de los muestreos realizados en 11 zonas tenía un buen estado ambiental.

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