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Entrevista:José Salinas | Director general del Consorcio Valencia 2007 | COPA DEL AMÉRICA

"La Copa es una puesta de largo de Valencia en el mundo"

Sara Velert

Pregunta. El Ministerio de Fomento no garantiza que el AVE llegue a Valencia en 2007. ¿Afectará a la Copa?

Respuesta. El AVE es un proyecto complejo. Lo que se ha dicho es que sería deseable, por el hecho de que la Copa del América va a tener lugar en Valencia, se acelerara dentro de lo que técnicamente sea posible. Pero lo importante es que Valencia sea capaz de albergar con profesionalidad y calidad un evento de esta naturaleza.

P. ¿Cuáles serán los primeros pasos del Consorcio Valencia 2007?

R. Básicamente debemos responder a los tres retos fundamentales. Uno, proyectar y desarrollar todas las infraestructuras necesarias en el entorno de la dársena interior del Puerto de Valencia para que estén en los plazos previstos. Dos, colaborar con ACM para el mejor desarrollo y organización del evento, que realmente ya ha empezado porque somos la sede y tenemos que ser capaces de responder a este reto; y tres, que me parece de una importancia capital, contribuir de una manera decisiva a que con este evento se proyecte la imagen de Valencia en el mundo.

"El objetivo del organizador de la Copa no es hacer dinero, sino la mejor competición"
"Valencia combina perfectamente lo que refleja la Copa, que es tradición y modernidad"
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P. La designación de Valencia va unida a promesas de infraestructuras y un gran impacto económico. ¿Cuál es el modelo de ciudad que se impulsará?

R. El modelo de ciudad le corresponde decidirlo a los responsables públicos, que son los que eligen los ciudadanos, y no a los profesionales, que somos los que gestionamos. Al igual que he hecho para tratar de conseguir que Valencia fuera sede de la mejor Copa del América de la historia, ahora me corresponde tratar de que ese hecho se convierta en realidad.

P. Pero usted tendrá su modelo.

R. Yo creo que Valencia combina perfectamente algo que la propia Copa del América refleja, que es tradición y modernidad. Es una ciudad con 2.000 años de historia, mientras que la Copa es el evento más antiguo de la época moderna; y significa modernidad, tecnología, desafío, diseño... Parece ser que Valencia también está en esa dirección porque a ojos de los que nos visitan aparece como una ciudad moderna, transformada y dinámica. Creo que esos son los dos factores, combinar todo lo que supone nuestra historia y pasado con una apuesta de futuro de convertirse en una de esas ciudades que son un referente en los entornos internacionales.

P. Millones de personas han situado Valencia en el mapa con su selección como sede. ¿Qué imagen de la ciudad se venderá?

R. Precisamente la imagen que se trata de proyectar es la de una ciudad en la que están pasando cosas. Ésta es una ciudad en la que, yo creo que a ojos vista de todos, es evidente que está en transformación, en evolución. Es una ciudad con historia, no histórica; es dinámica, no estática, y es una ciudad que tiene un pálpito, que quizá le dé la mediterraneidad, quizá el espíritu creativo, y que tiene una actividad económica muy dinámica.

P. La euforia de políticos y empresarios ante la elección de Valencia contrasta con el inicial desconocimiento de la Copa en la calle. ¿Cómo se va a involucrar a la sociedad valenciana en el proyecto?

R. La euforia no fue sólo de las personas que estuvieron en el Ayuntamiento. No sabíamos si íbamos a ser los ganadores y, por tanto, no se puede producir una explosión colectiva de algo que no se sabe si se va a producir. Cuando por la tarde llegamos con la copa, a mí y desde luego a la gente que venía -participantes, el equipo de ACM, prensa internacional-, la entrada en la plaza del Ayuntamiento nos pareció espectacular. En tan poco tiempo, la gente que fue capaz de congregarse... El haber sido capaces de ser elegidos como la sede de un grandísimo evento genera un sentimiento de satisfacción y autoestima que se manifestará seguramente. A partir de ahora, iremos realizando toda una serie de acciones para que todo el mundo, en la medida de lo posible, pueda participar en lo que creo que es un motivo de orgullo y satisfacción. Competíamos con ciudades muy serias, hemos estado en una carrera con más de 100 al principio, luego 60, luego 8, 5, 4... Es una puesta de largo de Valencia en el mundo.

P. Se esperan muchos ingresos, pero también tendrán que realizarse fuertes inversiones. ¿Cuál será la estrategia para lograr que esta Copa sea rentable después de 2007?

R. Una inversión es un activo, es algo que se queda en la ciudad. Y en Valencia va a quedar una ciudad abierta al mar, una preciosa fachada marítima, una preciosa marina en el Mediterráneo. Y además va a quedar unido a una imagen de cosmopolitismo, de tradición, de modernidad, de proyección de futuro. Por otra parte, hay un dato meramente económico, lo que se llama el ratio mágico. De inversión-impacto directo, la Copa del América es la que te da el más alto, porque la proporción entre la inversión y el retorno es mayor que lógicamente en unas Olimpiadas, en las que hay que hacer muchas instalaciones que luego son muy difíciles de rentabilizar. A Valencia le va a quedar un canal nuevo, una dársena interior que podremos disfrutar todos, y que tendrá su propia rentabilidad económica en la medida en que a ella vendrán barcos y pagarán cánones como en cualquier puerto deportivo. Como diría Manolito Gafotas, el mundo mundial.

P. ¿Se volcará Valencia en el turismo frente a otros sectores?

R. No, lo que va a hacer este evento es que Valencia se convierta por fin en una ciudad con proyección turística internacional. Ya la tiene y en los últimos años somos la ciudad española que más ha crecido, pero lo que sí ocurrirá es que el peso del sector turístico subirá, pero además con un componente de demanda internacional de una cierta calidad. Podremos acercarnos cada vez más a lo que vemos en todas esas grandes ciudades. Estoy convencido de que es una cuestión de todos, y si somos capaces de poner cada uno lo que podamos nos saldrá estupendamente bien.

P. ¿Qué beneficios aportará la Copa al resto de la Comunidad Valenciana, habrá subsedes?

R. La Copa del América, por el tipo de competición que es, se celebra en la ciudad escogida. Pero sí que es cierto que como comunidad autónoma tenemos un número importante de puertos deportivos. Es obvio que por tratarse de una competición de vela, habrá gente que venga a verla en barco. Y esos barcos tendrán que amarrar en diferentes puertos, consumir en esos lugares y estarán varios días aprovechando que la Comunidad Valenciana es un lugar extraordinariamente atractivo desde el punto de vista turístico y de visita. Y los equipos requieren, por ejemplo, elementos de la industria marítima, y en toda la Comunidad la hay. Es decir, que ellos van consumir una parte considerable del gasto de su presupuesto en Valencia y en la Comunidad. Eso tiene un efecto claro.

P. ACM tiene la responsabilidad de organizar la competición, y también querrá una buena cuenta de resultados. ¿Qué posibilidades de negocio se le han ofrecido?

R. ACM tiene unas obligaciones derivadas del acuerdo original de la Copa, que es de 1867, el Deed of gift. Es un trust, un fideicomiso, y todos los participantes forman parte de él. El objetivo del organizador de la Copa no es hacer dinero, sino ofrecer la mejor competición, y si hubiera algún superávit, se tiene que distribuir entre los equipos participantes. Por lo tanto, quisiera desmontar la teoría de que ACM va a hacer negocio con la Copa del América. De hacerlo alguien, lo harían todos los participantes. ACM tiene que organizar la mejor Copa del América, que es lo mismo que queremos nosotros. Para eso necesita unos recursos, y básicamente hay tres elementos: el patrocinio, los derechos del evento que paga la ciudad sede [60 millones de euros], y lo que pueda obtener de la explotación de la dársena interior, que tampoco va a ser mucho. Lo que se pretende con ello no es tanto obtener un rendimiento económico cuanto que desde el punto de vista de la gestión esa zona esté razonablemente supervisada por quien tiene que organizar la competición.

P. El canon de 60 millones de euros, ¿es el más alto ofertado por las ciudades candidatas?

R. No lo sé, pero sí se puede decir que probablemente las cifras serían similares porque vienen derivadas de los propios costes que tuvo la última competición.

P. La negociación ha sido muy dura, según ha reconocido. ¿Cuáles han sido los principales escollos?

R. Ha habido tres fases, y en la tercera, la de materialización contractual de todo lo que se había propuesto, es en la que se producen momentos complejos porque es la primera vez que esto se hace. Por primera vez un país no ganador de la Copa la alberga, y por ese motivo ha habido que crear unos procedimientos y desarrollarlos, como si estuviéramos reinventado la rueda. Los propios organizadores también eran razonablemente novatos en el procedimiento y variaban muchas veces de criterio. Y en nuestro caso había una circunstancia absolutamente especial, porque hasta el 5 de septiembre había dos ciudades españolas en el proceso, y por lo tanto la participación del Estado sólo se pudo producir a partir de ahí. Y hay otro aspecto, el hecho cultural. Los suizos son gente muy eficiente, y si al otro lado tienen equipos y personas que les parecen eficientes, eso les gusta. Al final, era un proceso en el que Valencia se tenía que ganar el respeto de quienes tenían que tomar la decisión.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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