Paisaje tras la piqueta en el corazón del Raval
Escombros, tierra, algún que otro árbol aislado y un solo edifio en pie. Ése es el paisaje que ha quedado, tras el paso de la piqueta, en la gran manzana comprendida entre la Rambla del Raval y las calles de Sant Rafael, Sant Josep Oriol y Robadors. Es el perímetro de la futura Illa Robadors y la segunda gran intervención urbanística que engulle viejas casas y callejuelas estrechas en el corazón del Raval, muy queridas, pero también muy oscuras. Mientras las máquinas iban mordiendo poco a poco las casas y el terreno, la vida seguía su ritmo habitual. Especialmente el escaparate de prostitución callejera que es la calle de Robadors, frente al inmenso descampado, y todas las esquinas de la zona. Fuera cual fuera la hora, incluso de buena mañana.
Ese paisaje está llamado a cambiar radicalmente cuando se vayan las grúas y queden los nuevos edificios de pisos -parte de ellos de protección-, un hotel de diseño con una foma cilíndrica, oficinas y la nueva sede de la Filmoteca de Cataluña. El proyecto es del equipo de arquitectos MBM (Martorell, Bohigas, Mackay) e incluye un aparcamiento público con 250 plazas y un edificio que albergará la sede provincial de UGT. También habrá una reserva de espacio, de unos 3.000 metros cuadrados, para zona verde. Toda una transformación que, en opinión de los responsables municipales, dinamizará la zona de la Rambla del Raval. El paseo se abrió hace tres años y, pese a la rehabilitación de la mayor parte de los inmuebles que dan a las calles de Sant Jeroni y Cadena y de la apertura de algunos comercios y bares, progresa a medio gas.
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