Los emigrantes envían a México la cifra récord de 12.000 millones de euros
Las remesas desde EE UU superan ya los ingresos por turismo y la inversión extranjera
Lorenzo Sáez ganaba unos 2.200 euros en un astillero de Nueva Jersey y enviaba 430 a sus padres, pero un día, nevando, se alzó la careta de soldador y el frío le paralizó medio rostro. "He vuelto para que me compongan la cara chueca". Durante la convalecencia reparte comida a domicilio en la capital federal. Lorenzo y cerca de 25 millones de inmigrantes mexicanos en EE UU lograrán este año un récord: 12.000 millones de euros en remesas a sus familias.
La cuantía supera los ingresos por turismo (entre 8.500 y 10.000 millones de euros) e inversión extranjera (unos 7.600 millones de euros) y equivale a 15 millones de salarios mínimos. Los pobres lideran el combate contra la pobreza en México, en América Central y en otras naciones de Latinoamérica, porque las economías nacionales fracasan o no crean el empleo suficiente. Los envíos de los inmigrantes en EE UU aumentan y sufragan numerosas obras de infraestructura en sus poblaciones natales. La cifra de México brinca por encima de las inversiones oficiales en el campo y desarrollo social, que ascienden a 9.700 millones de euros. Hay 100 millones de mexicanos, la mitad pobres que sueñan con emigrar a EE UU.
El presidente mexicano, Vicente Fox, admitió que el dinero de los fugitivos de la pobreza ayuda a combatirla. "Por eso, en buena medida, se ha reducido la pobreza en México". El gobernante citó estadísticas de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que indican una reducción del 16% en el número de míseros. "Es así como trabajando juntos, sociedad y Gobierno, ciudadanos y organizaciones, se logran avances que parecían imposibles". Los 12.000 millones de euros, sin embargo, esconden fracturas y dramas familiares muy graves.
La economía mexicana debería crecer a un ritmo anual superior a los cuatro o cinco puntos, para generar empleo y reducir la masiva emigración hacia "el norte", donde radican cerca de cinco millones de indocumentados. "Yo trabajaba en un garaje de Dallas, pero me agarraron en una redada de la migra [agentes de la Oficina de Inmigración y Naturalización (INS) de EE UU]", dice José Carmona, que limpia cristales en un semáforo de la avenida de la Reforma. "En cuanto pueda vuelvo, porque tengo una familia que alimentar". Son 10 o 15 como él. Un automovilista que rechazó el servicio acabó en el hospital después de recibir una paliza de 15 limpiadores.
Los cruces fronterizos, legales o ilegales, continúan y las remesas podrían alcanzar los 17.000 millones de euros en el próximo lustro, según los cálculos. Los más diligentes en el envío son los más pobres, cuya progresiva legalización es uno de los objetivos del Gobierno en sus conversaciones con Washington. El acuerdo es improbable a medio plazo y el objetivo factible es la ampliación del cupo de temporeros. Aproximadamente el 18% de los hogares tiene familia en EE UU y recibe sus transferencias, según un estudio del Consejo Nacional de Población (Conapo). Hay unos 25 millones de beneficiarios.
La vecindad geográfica (3.200 kilómetros de frontera), los contrastes e interdependencia económica y los intensos intercambios crean un fenómeno con características estructurales. La situación es extrema en algunos de los 31 Estados de México: una de cada tres personas nacidas en Zacatecas reside en EE UU, donde apenas disminuye la demanda de braceros. El flujo anual, según el estudio de la Conapo, aumentó en poco menos de 30.000 emigrantes durante la década de los sesenta, hasta 360.000 en los noventa: la corriente migratoria se multiplicó por 12 en ese periodo.
Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas son los principales puntos de procedencia de la peonada, cuyos envíos se abarataron gracias a la caída de las comisiones y a las transferencias electrónicas. La precariedad es inherente a que ocho de cada 10 personas no disponen de cuenta bancaria y en la mayoría de las poblaciones de hasta 15.000 personas, que agrupan a casi el 40% de los méxicanos, no existen sucursales bancarias. El objetivo oficial es fomentar una banca popular a través del Banco Nacional de Servicios Financieros, que cuenta con 1.100 sucursales en todo el país.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.