Time Warner vende su división musical al magnate Bronfman Jr.
La oferta, superior a la de EMI, asciende a 2.600 millones de dólares
Tal y como cabía imaginar, Time Warner optó por la oferta más jugosa. La compañía de Richard D. Parsons ha vendido su división discográfica, Warner Music, a un grupo de inversores encabezado por Edgar Bronfman Jr., un magnate de Hollywood que ha logrado recopilar 2.600 millones de dólares para hacerse con la propiedad del sello dominante en la industria del disco.
El anuncio de la operación se confirmó poco después de que el otro contendiente, la británica EMI, anunciase su retirada de la subasta. Time Warner se desprende así de un activo que pierde rentabilidad en la era del intercambio de archivos musicales por Internet.
Time Warner podía haber optado por la oferta de EMI, que era menor en metálico (sólo 1.000 millones de dólares) pero se completaba con una contrapartida: ofrecía ceder hasta un 25% de participación en la compañía resultante y permitía ahorrar 300 millones por la combinación de activos laborales y materiales.
Los términos del acuerdo final con los inversores que se hacen con Warner Music incluyen sólo una opción de compra minoritaria en el futuro para que la compañía no pierda enteramente su vinculación con artistas como Madonna, REM o los Red Hot Chili Peppers. Además, la empresa de Parsons cree que tiene mejores posibilidades de superar el escrutinio de las autoridades antimonopolio si evita vender el sello musical a otra empresa del sector. El acuerdo está sujeto a la aprobación de los organismos reguladores.
La operación, que puede estar completada en un plazo de dos meses, incluye no sólo la venta del catálogo del sello musical, sino también la filial de distribución y edición, Warner-Chappell Music, y varias discográficas alternativas como Atlantic o Elektra Records.
Mal momento
Aunque la empresa mantiene su posición privilegiada en el sector, la fusión de las discográficas de Sony y Berstelmann (BMG) reduce el número de competidores en el peor momento de la industria, con cuatro años consecutivos de descenso en el volumen de negocio achacado principalmente al auge del intercambio de archivos musicales a través de Internet. En un comunicado, Bronfman se resiste a aceptar que la empresa comprada sea un imperio en declive. "Warner Music es una de las mayores compañías discográficas del mundo y tenemos enormes esperanzas en su potencial de crecimiento como empresa independiente", aseguró.
Según el empresario, quienes le acompañan en el proyecto "forman un grupo de inversores altamente sofisticado y bien financiado". Entre ellos están los grupos Thomas H. Lee Partners, Bain Capital y Providence Equity Partners. La única sorpresa es la ausencia de quien se anticipaba como copropietario, el inversor israelí Haim Saban.
Se da por hecho que el propio Bronfman dirigirá la nueva compañía, que retendrá la marca Warner Music. El empresario tiene de este modo una segunda oportunidad tras convertir Universal Music en la mayor discográfica del mundo. Acabó vendiéndosela a Vivendi en 2000; cuando después trató de hacerse con este grupo francés, la NBC de General Motors le ganó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.