Sharon prepara un plan de paz que desmantela algunos asentamientos
La iniciativa israelí propone fronteras definitivas
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha empezado a diseñar un plan de paz que se aplicaría de manera unilateral si fracasa la Hoja de Ruta impulsada por EE UU y que prevé el desmantelamiento de algunos asentamientos, el trazado definitivo de una frontera con los territorios palestinos, la puesta en libertad de prisioneros, el repliegue de las tropas de ciudades ocupadas desde hace 19 meses y el levantamiento de controles de las carreteras de Cisjordania y Gaza.
Las primeras noticias con respecto a la existencia de este plan las desveló el propio primer ministro Sharon en el transcurso de un discurso que el pasado jueves pronunció en un congreso de empresarios exportadores en Tel Aviv, a los que aseguró que estaba contemplando la posibilidad de "efectuar concesiones dolorosas", entre las que se podría encontrar el desmantelamiento de algunos asentamientos, los más aislados y más vulnerables, a partir de mediados de 2004.
Ayer, después de numerosos rumores y filtraciones interesadas, Ariel Sharon confirmaba de manera oficial y solemne a sus ministros la existencia de este proyecto, en el transcurso de la reunión semanal del Gabinete, aunque se negó a facilitar más precisiones, alegando que el plan estaba aún en fase de elaboración y que lo sometería a discusión y votación en el Consejo de Ministros una vez quedara ultimado en todos sus detalles.
En medios políticos se aseguraba ayer que la decisión de Sharon de anunciar la elaboración de un plan de paz es el resultado de las presiones de Estados Unidos, pero también de importantes sectores de la sociedad israelí, sobre todo del Ejército, que han venido en los últimos días criticando la actitud belicista del Gobierno y reclamaban una alternativa diplomática que permitiera el establecimiento de un diálogo con los palestinos. El anuncio de este proyecto se produce además en un momento clave, cuando faltan siete días para la firma en Suiza de los Acuerdos de Ginebra, que un grupo de pacifistas palestinos e israelíes han estado elaborando durante los tres últimos años y en el que se solucionan sobre el papel todos los litigios que genera el conflicto entre las dos comunidades.
El anuncio del Plan Sharon ha provocado el escepticismo de la Autoridad Nacional Palestina, que aseguraba ayer que se trata de una "operación de relaciones públicas", mientras que la extrema derecha israelí montaba en cólera y anunciaba que la puesta en marcha del proyecto podría suponer la no colaboración con el partido nacionalista Likud y el fin de su Gobierno. Los laboristas, por su parte, han asegurado que apoyarían al Gobierno de Ariel Sharon en el caso que éste se comprometiera a aplicar el citado plan.
El Plan Sharon será el quinto plan de paz con el que se pretende resolver el conflicto israelo-palestino. Sobre la mesa se acumulan ya otros cuatro planes de paz: la Hoja de Ruta, impulsada por Estados Unidos; la Voz del Pueblo, elaborado por el catedrático palestino Sari Nuseibe y el ex jefe del Mossad Ami Ayalon; la Iniciativa para renovar el Proceso, del partido Shinui, y los Acuerdos de Ginebra, de Yossi Beilin y Yaser Abed Rabbo.
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