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Un falso rumor atrae a Barcelona a decenas de paquistaníes con el fin de regularizarse

La Generalitat se reunió con los inmigrantes para advertirles de que "no se dejen engañar"

Miquel Noguer

De nuevo un falso rumor lleva de cabeza a los ciudadanos paquistaníes de Barcelona. Desde hace dos meses circula entre los paquistaníes residentes en Europa que si vienen a España podrán conseguir un permiso de trabajo gracias a un nuevo proceso de regularización. Nada de esto es cierto, pero de poco han servido las advertencias que hasta la fecha han realizado las asociaciones que representan a los paquistaníes. Decenas de inmigrantes de esta nacionalidad han llegado desde toda Europa, sobre todo de Inglaterra, donde esta comunidad tiene una nutrida representación.

Javet Iqbal, presidente de la Asociación de Trabajadores Paquistaníes de Cataluña, atiende desde hace semanas a sus compatriotas que llegan a la capital catalana atraídos por un rumor que se ha extendido por Londres, París y Amsterdam. "Muchos de nosotros tenemos familiares en el norte de Europa, y las informaciones, ciertas o falsas, circulan a gran velocidad", se lamenta. La intensidad del rumor es tal que el secretario de Inmigración de la Generalitat, Salvador Obiols, tuvo que reunirse el pasado viernes con la comunidad paquistaní en un encuentro que se convirtió en un pequeño baño de multitudes. El local de la asociación de trabajadores de esta nacionalidad se quedó pequeño para acoger a los más de 300 inmigrantes que quisieron escuchar lo que tenía que decirles el responsable de inmigración de la Generalitat.

Sus palabras no podían ser más decepcionantes: "Que nadie les engañe, no sabemos nada de una nueva regularización. De hecho, esto no depende del Gobierno catalán, pero les puedo asegurar que en este momento no hay abierto ningún proceso de este tipo".

Con cara de incredulidad, los asistentes a la reunión traducían al urdu las palabras de Obiols para informar a los compañeros que no pudieron entrar.La comunidad paquistaní de Cataluña está formada por unas 18.000 personas, de las que 7.000 estarían residiendo de forma ilegal según los cálculos de la Generalitat. La mayor parte de paquistaníes han recalado en Barcelona atraídos por el primer núcleo de inmigrantes, que llegaron en la década de 1970. En los últimos años la comunidad ha crecido mucho por la reagrupación familiar y porque las grandes ciudades del Reino Unido ya no son tan atractivas para los pakistaníes como lo fueron en la década de 1980: están saturadas. Pero, ¿de dónde surgió el rumor? Las tesis que se barajan en este momento son básicamente dos. Yabet Iqbal, de la asociación de paquistaníes, considera que el culpable final de que esta mentira se haya difundido por Europa no es otro que el Gobierno del Partido Popular. 'Los últimos cambios en la legislación de inmigración no se han comunicado suficientemente bien, y mucha gente ha entendido que estos cambios significaban una oportunidad para conseguir papeles', afirmó. Sin embargo, fuentes de la Delegación del Gobierno en Cataluña aseguran que no conocen la existencia de tal rumor y aseguran, incluso, que no han notado un incremento importante en la demanda de permisos de trabajo por parte de paquistaníes. Pero hay otras versiones. Una de ellas es la que apunta a una visita a Barcelona del embajador de Pakistán en España como la chispa que lo encendió todo. El embajador, Aftab Hussain, recaló en Barcelona por espacio de tres días a principios de octubre y mantuvo varias reuniones en un hotel de la parte alta del Raval, puesto que el local del consulado honorario de Pakistán en la capital catalana no reunía las condiciones oportunas. La noticia de la visita del embajador corrió como la pólvora por el Raval y alguien extrajo interpretaciones que no se ajustan a la realidad. Yabet Iqbal también culpa a los grupúsculos mafiosos. 'Hay gente a la que le interesa llevar inmigrantes hacia aquí cobrando barbaridades y con la promesa de papeles. Y cuando llegan, nada de esto ocurre', explica.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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