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157 familias de Alicante están sin casa hace tres años por el retraso en la instrucción de una estafa

La Audiencia ordena investigar el destino final de los anticipos de los compradores

La decisión de la Sección 3ª de la Audiencia de Alicante de reabrir el caso ha renovado las esperanzas de las 157 familias que trataron de adquirir una vivienda en la urbanización de Los Altos de la Huerta, en el término municipal de Mutxamel (L'Alacantí), una promoción de la mercantil Ediparque, SL, del constructor Juan Obregón. Parte de las familias, a pesar de que iniciaron la compra en 2000, no disponen tres años después más que de un solar. El resto recibieron las casas, pero carece de los servicios de agua y luz, es decir, moran en condiciones de precariedad.

El Juzgado de Instrucción número 5 de Alicante investiga el presunto desvío de dinero entregado por los compradores a Obregón, que supuestamente no fue destinado a acabar la urbanización. La causa fue archivada por el juez instructor y reabierta por la Audiencia a la vista de los "indicios incriminatorios" contra Juan Obregón y los otros dos imputados. Éstos últimos son responsables del Banco Mapfre, absorbido por Caja Madrid, responsables de otorgar unas hipotecas irregulares a favor de Obregón, concedidas sobre viviendas ya vendidas, sin que los compradores fueran avisados de ello. El objetivo del banco era otorgar liquidez a Ediparque -declarada en quiebra- para que pudiera terminar las fases de la promoción más adelantadas, completar la venta y evitar la ejecución de los préstamos iniciales. Obregón y los dos trabajadores de los bancos están acusados de estafa y apropiación indebida.

Las obras se paralizaron en mayo de 2001 y desde entonces se ha iniciado un largo proceso judicial. Esta situación se produjo cuando "Banco Mapfre dejó de avalar certificaciones" como habían suscrito, según declaró el constructor ante el juzgado de instrucción. El promotor estipuló con los responsables de Banco Mapfre la concesión de nuevas hipotecas, sobre los terrenos de las fases F, H e Y ya vendidos sin permiso de los compradores, con el objetivo de terminar las fases A, B, C, y D, más adelantadas. Ediparque tenía un descubierto importante y estaba amenazada por el banco con la ejecución de créditos anteriores. "Consideró oportuno dicho banco gravar las fases no construidas para subvencionar las primeras fases, terminarlas. Así se recuperaba el dinero dejado para las primeras fases y el banco se aseguraba el cobro del resto del crédito", explicó en su momento el constructor ante el juez. De esta manera, Ediparque obtuvo una inyección de dinero de 890.000 euros.

Este dinero era controlado por los responsables de Banco Mapfre que recibían las certificaciones de obra y abonaban los pagos a los proveedores, como sistema para asegurarse la buena finalización del proyecto, explicó Obregón. Los trabajadores de Banco Mapfre negaron las acusaciones y denunciaron la falsedad de certificaciones por parte de Ediparque.

La realidad, tres años después del inicio de las obras, es que unas 80 familias disponen de un solar en las fases F, H e Y de esta urbanización doblemente gravadas por hipotecas y sin que haya visos de construir en el futuro. El juzgado número 5 de Primera Instancia de Alicante tramita la declaración de quiebra de Ediparque. Los demás, los propietarios de las fases A, B, C, y D, cuentan con la estructura de su casa "a pesar de que han tenido que poner más dinero del que inicialmente estipularon para hacerse con el control y evitar la ejecución de las hipotecas", aseguraron fuentes de la acusación. "La vida en estas viviendas es precaria, puesto que no cuentan con los elementos básicos para vivir y donde todo es provisional", añadieron.

Obregón se enfrentó durante esta semana al primer juicio por estafa por la venta de un chalé en los Altos de la Huerta que había sido hipotecado sin consentimiento de los compradores. El fiscal, tras la finalización de la vista oral, elevó la petición de pena a ocho años por estafa.

En esta ocasión, Obregón pactó la venta de un inmueble con un matrimonio. Sin embargo, el constructor "sin comunicar nada al comprador, constituyó una hipoteca sobre ésta y otras fincas" a su favor, según el escrito provisional de calificación del ministerio público. El matrimonio entregó el dinero pactado al promotor en la fecha establecida como paso previo a elevar escritura a su nombre. En este momento, Obregón "tampoco le comunicó la existencia sobre la finca ni el importe que gravaba sobre la misma".

Los compradores fueron conscientes de la hipoteca una vez que redactaron la escritura de compra-venta. El matrimonio "tuvo que abonar varios vencimientos de la hipoteca para evitar su ejecución", según la calificación final del ministerio fiscal.

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