El río Ebro propicia el reencuentro entre los dos vecinos
La relación es estrecha, viene de lejos, y a veces ha sido mal entendida, como ocurre entre vecinos. Pero en Aragón se hicieron y se hacen catalanes como el líder de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida (Alcampell, Huesca), Josep Lluis Carod (ERC) o Joan Manuel Serrat, ambos de ascendencia aragonesa. Los tiempos de indiferencia, incluso de enemistad fomentada interesadamente, han quedado atrás. Ahora se vive una etapa de dulce aproximación y redescubrimiento.
Julián López Barbier, presidente de los empresarios aragoneses, explica su visión: "Compartimos historia en la Corona de Aragón, intereses por la común pertenencia al Valle del Ebro y al eje del noreste de la Península. Hay que colaborar en infraestructuras y en desarrollo económico".
Isidro Ferrer, Premio Nacional de Diseño 2002, insiste en la idea del contrapeso: "Es necesario que se generen fuerzas periféricas. El centro es cada vez más prepotente".
Pedro Arrojo, presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, sostiene que por primera vez catalanes y aragoneses han estado de acuerdo en el tema del Ebro y resalta el rechazo común al Plan Hidrológico Nacional.