Familiares de los náufragos de Rota denuncian la falta de atención del consulado español

La Asociación de Amigos y Familiares de Víctimas de la Inmigración Clandestina denunció ayer en Sevilla que el consulado español en Casablanca (Marruecos) no atendió a los parientes de algunos de los ocupantes de la patera que naufragó en Rota (Cádiz) dejando tras de sí un reguero de, al menos, 36 muertos. De este modo ninguno pudo acceder a un visado que les autorizase a viajar a España para tratar de descubrir si sus desaparecidos figuraban entre los cadáveres rescatados. El Defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo, tildó de "disparate" la indiferencia del consulado.

El presidente de la Asociación de Amigos y Familiares de Víctimas de la Inmigracion Clandestina, Khalil Jemah, aseguró que un agente de seguridad español impidió el acceso de los familiares a los funcionarios de la oficina diplomática y les invitó a seguir el cauce ordinario para otros trámites, que suelen demorarse más de una semana, a pesar de que se identificaron como allegados de los inmigrantes que viajaban en la embarcación que naufragó.

Tampoco las reiteradas llamadas telefónicas posteriores recibieron respuesta, lo que les cerró la puerta para obtener un visado con el que viajar a España para reconocer los cuerpos. José Chamizo consideró un "disparate" y una "falta de delicadeza" lo denunciado por los afectados. "Si un grupo de familiares destrozados va al consulado y no es atendido me parece muy grave", dijo.

Acompañado de familiares de dos ocupantes de la patera, Khalil Jemah y Kamal Rahmouni, presidente de la Asociación de trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIME) en Andalucía, defendieron un cambio legal que permita aumentar el plazo para identificar a los cadáveres recuperados del Estrecho y localizar a sus familias en Marruecos. Rahmouni pidió 45 días en lugar de la semana que esperan actualmente los jueces antes de ordenar el entierro de los inmigrantes sin identificar.

La pesadilla del rumor

De la necesidad de saber dejó constancia Ismael Gariate, un día después de haber reconocido a su hermano Mustafá en el tanatorio del Campo de Gibraltar. Antes de ese trámite, explicó a través de un traductor, "su familia ha vivido una pesadilla, oyendo rumores y teniendo muchas dudas sobre si estaba vivo o no". "Él por lo menos sabe que está muerto, pero en Marruecos quedan al menos 40 familias sufriendo", siguió el intérprete. Ismael Gariate, que reside en Italia, pidió a las autoridades españolas que traten de identificarlos cuanto antes y que "salven la vida" de quienes zarpan "si a las autoridades marroquíes se les escapan".

La Asociación de Amigos y Familiares de Víctimas de la Inmigración Clandestina calcula que, desde 1997 hasta 2001, han desaparecido 4.000 personas en el mar mientras trataban de alcanzar la orilla española. "Esas personas que casi siempre se suelen enterrar bajo un número tienen mujer, hijos, madres, hermanos", indicó.

Tanto esta entidad como ATIME estudian personarse en el proceso judicial abierto por el naufragio de Rota en el que, según sus cálculos, han sobrevivido nueve personas. Cuatro supervivientes fueron expulsados a Marruecos tras ser detenidos, lo que también mereció críticas de Rahmouni. "Cada vez que ocurre algo la policía se dedica a expulsar, es legal pero entendemos que obedece a otras razones", censuró después de recordar que también fueron expulsados los supervivientes del incendio de la comisaría de Málaga.

El presidente regional de Atime se quejó, además, de los precios de las funerarias para repatriar cadáveres, que oscilan entre los 3.000 y los 4.000 euros, aunque en este caso será la fundación Hassan II la que se hará cargo de la gestión.

Por su parte, el grupo parlamentario socialista ha pedido al Gobierno las grabaciones de las conversaciones entre el capitán del carguero Fo

cs Tenerife y Salvamento Marítimo la tarde del naufragio, informa Efe.