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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una estruendosa sinfonía

Silvia Bonzini y María Negroni, esta última autora del escueto prólogo, son las editoras de esta antología de poetas latinoamericanas cuyo expresivo título, La maldad de escribir, es homenaje a una de las seleccionadas, la brasileña Ana Cristina Cesar (1952-1983): lo dice uno de sus versos, y define ese acto de resistencia frente a lo existente, de espera y consuelo ante lo todavía por venir que, en sus diferentes formas de contradicción, representan las poéticas aquí reunidas. No son las únicas, pero son las que están, todas más que notables y algunas poco o nada conocidas por estas latitudes, juntas aquí fruto de cierto azar (no tanto de la casualidad como de los juegos del destino), de admiraciones e intuiciones, de entrevistas, de afinidades y cercanías poéticas entrecruzadas con la soberana libertad que cada escritura particular promete, pues comparten, entre las impresiones expresadas por Negroni en su prólogo, una cierta "intuición filosa" en la enunciación del mundo, en la exploración de la verdad y la belleza.

LA MALDAD DE ESCRIBIR: 9 POETAS LATINOAMERICANAS DEL SIGLO XX

Selección y ensayos introductorios de María Negroni y Silvia Bonzini

Prólogo de María Negroni

Igitur. Montblanc (Tarragona), 2003

234 páginas. 13,47 euros

Las brasileñas Ana Cristina Cesar y Cecilia Meireles (1901-1964), las uruguayas Cristina Peri Rossi (1941) y Marosa di Giorgio (1932), la cubana Fina García Marruz (1924), las argentinas Olga Orozco (1920-2000) y Amelia Biagioni (1918-2001), la peruana Blanca Varela (1926) y la mexicana Elsa Cross (1946) parecen apuntar espacios de quiebra, la celebrada ambición de estados por alcanzar en una realidad rota y desgarrada. Así su búsqueda de otros modos de sensibilidad espiritual y estética. Cada una a su manera, hacen presente cierta urgencia y desafío frente a usos tradicionales a la hora de resolver conflictos de identidad, de establecer límites entre lo público y lo privado, de determinar la naturaleza íntima y el sentido de la pérdida. Eso que de algún modo expresa uno de los poemas de Elsa Cross, titulado precisamente Palabras, que vienen a ser la "Morada oscura del sentido, / prisión y límite / de lo que en el silencio se nos da", y que "En vano sus fuerzas reconcilian, / pues no salvan / el salto que va del habla / al pensamiento / y del pensar al ser ensimismado".

No hay certezas, su espacio es la duda y la interrogación, la libertad imaginativa de la escritura. La maldad de escribir quiere que el lector busque su propio horizonte, pues pocos datos, salvo los referidos a cada una de ellas, nos ayudan a componer lo que sin embargo es una sinfonía tan sonora como estruendosa. Alejandra Pizarnik, ausente del escenario, oficia de influyente directora, y hacia ella se dirigen, quizá en exceso pero con razón, las reflexiones que revisan las nueve poéticas incluidas. Un lector de ojo atento y oído sensible encontrará en cada tramo vías de escape y reconocimiento más allá de la angustia de las influencias. Esta antología tiene un recorrido grande, y a pesar de estaciones a veces mínimas en extensión y de la personal selección de poemas, es posible dar con el lugar y la importancia que estas poetas son capaces de trazar vitalmente: voces, cuerpos, realidades y obligaciones que marcan caminos, un vacío que comenzaron a llenar en la convicción consciente de su propio decir, en su fragor fascinante.

Su elección es una entre

tantas que podrían haber sido. Son mujeres y poetas, y sobre ellas planea un sentimiento de búsqueda que a su modo sienta precedentes, tan íntimos y subjetivos como cotidianos e imaginativos. Es un desafío fragmentario frente a la realidad unívoca, islas definidas de un archipiélago de extensas experiencias, cada una rodeada de su "propia lógica circundante", como dijo Ana Cristina Cesar en un poema no incluido aquí. Dibujan una constelación singular dentro del universo de la poesía escrita por mujeres, ajena a clasificaciones retóricas, nudos de una red tejida en la variedad y profusión de estilos, prácticas que ensanchan y afirman sus propias posibilidades, recursos y territorios. Son puntos de inflexión que pautan la poesía latinoamericana, en la medida en que con ellas vemos otras cosas. Quizá la expresión que mejor define esta antología sea la de in media res, sin orden ni relación en su intriga, pues ésta es discursiva, hace que el lector entre en tensión desde el primer momento, no hay inicio ni desenlace, pues responde a otro tipo de estrategias: un principio de fuga que anula el espacio y el tiempo, capaz de integrar y multiplicar accesos, otra manera de estar en el mundo. En palabras de Fina García Marruz, aquí "no todo acaba. Todo empieza...".

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