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Arafat logra mantener el control de la seguridad en el nuevo Gobierno palestino

El presidente dirigirá las fuerzas policiales por encima del Ejecutivo de Ahmed Qurei

El presidente Yasir Arafat, a sus 74 años, continuará dirigiendo con puño de hierro el núcleo importante de las fuerzas de seguridad palestinas, en detrimento del nuevo ministro del Interior, Hakam Balawi, que apenas contará con atribuciones. Con este reparto de fuerzas, del que ha salido claramente victorioso el veterano líder palestino, se cerró ayer la crisis institucional palestina abierta hace un mes tras el nombramiento del primer ministro, Ahmed Qurei, Abu Alá, quien ya se encuentra en disposición de anunciar en las próximas horas su nuevo Gabinete.

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El reparto de fuerzas fue decidido por los miembros del Comité Central del partido gubernamental, Al Fatah, quienes durante cerca de tres semanas han celebrado continuas reuniones. Finalmente, el viernes por la noche alcanzaron un pacto sobre el control de las fuerzas de seguridad, un viejo problema que venía enfrentando a los primeros ministros palestinos con Arafat y que provocó hace dos meses la caída de Abu Mazen y su sustitución por Qurei.

El acuerdo establece que Arafat, a través del Consejo de Seguridad Nacional, continuará manteniendo el control de los principales cuerpos policiales, incluidos los servicios de información. Mientras que el nuevo ministro del Interior, Hakam Balawi, de 69 años, un aparatchik de Al Fatah, tendrá un perfil bajo, sin apenas atribuciones destacadas, sólo en el ámbito civil, como la policía de trafico, la guardia urbana, la Seguridad Preventiva de Cisjordania y Gaza, y en materias de poca importancia como los delitos comunes, los robos o el tráfico de drogas.

Este reparto supone el triunfo de Arafat, que continuará ejerciendo el mando militar de las fuerzas palestinas, a pesar de la oposición de EE UU e Israel. La decisión supone la derrota de los sectores aperturistas y renovadores del régimen palestino, que trataban de relegar al anciano líder a un papel decorativo e institucional, al tiempo que reclamaban la entrada de nuevas generaciones.

El nombramiento como ministro del Interior de Balawi es una puñalada en la espalda para Qurei, que reclamaba como responsable de esta cartera a un hombre con carisma y liderazgo, capaz de controlar todas las fuerzas de seguridad, para meter en cintura a las milicias radicales y acabar con la Intifada. Qurei había postulado para el cargo al general Naser Yusef, formado en las escuelas militares de la ex URSS, Vietnam y China y capaz de decirle a la cara a Arafat que era el "peor y más fracasado líder de la revolución palestina".

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Hakam Balawi,originario de Tulkarem, era un seguidor de la doctrina socializante y panarabista del partido Baaz, pero prefirió, en la década de los setenta, pasar a militar en Al Fatah, para convertirse a continuación en el primer embajador de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Túnez. Durante muchos años fue el interlocutor en las negociaciones secretas de EE UU, lo que no le impidió criticar los Acuerdos de Oslo y aliarse con el grupo de "disidentes leales" que acompañaron a Arafat a su regreso a los territorios autónomos en 1994. Durante los últimos tiempos ha sido secretario del Consejo Central de Al Fatah, desde cuyo cargo ha controlado y reprimido con fuerza a los caciques locales, que han tratado de rebelarse o de criticar al propio Arafat. En los pasillos de la Mokata se aseguraba ayer que es "un servidor fiel".

Fin aparente de la crisis

Con esta fórmula desequilibrada de reparto del control de las fuerzas de seguridad se cierra la crisis institucional originada en la Autoridad Nacional Palestina. El fin aparente de esta crisis permite a Qurei continuar trabajando en la formación del futuro Gabinete, que podría ser anunciado y presentado ante el Parlamento en las próximas 24 horas. El nuevo Ejecutivo tendrá entre 20 y 22 miembros y sustituirá al Gabinete de emergencia anterior, de sólo ocho ministros.

En el nuevo Gabinete participarán los ministros del Ejecutivo reducido, aunque no formará parte de este equipo Yaser Abed Raboo, que durante más de 35 años ha acompañado a Arafat como responsable de comunicación. Este panorama, escasamente esperanzador, llevó ayer al Frente Democrático para la Liberación de Palestina a anunciar su intención de no participar en el Gobierno.

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