Los escritores denuncian el incumplimiento de la norma de protección del autor

Los escritores españoles se sienten "desprotegidos" ante el mercado y los editores y, según advirtió ayer el presidente de la Asociación Colegial de Escritores Españoles (ACE), José Mollá, gran parte de culpa la tiene el Gobierno, que "está incumpliendo" las directrices europeas de protección del autor.

Según Mollá, la situación actual de los derechos de autores españoles atraviesa una "encrucijada crítica" porque las novedades que los escritores lograron introducir en los años ochenta en la Ley de la Propiedad Intelectual han sido "degradadas, esquivadas y trampeadas".

Mollá instó al Gobierno a cumplir el Derecho de Préstamo en las Bibliotecas, que reconoce una compensación para los autores por los libros que se prestan en los centros públicos. Algunos países como Dinamarca, Noruega, Suecia y Alemania reconocen este derecho desde los años cuarenta, y otros se han sumado más tarde, como Gran Bretaña, hace 25 años, o Francia, el pasado mes de agosto. Se da la circunstancia, explicó Mollá, de que los escritores españoles cobran por los libros que prestan en las bibliotecas inglesas, pero no por los de aquí.

España reconoció este derecho en 1988, pero "lo anuló en la práctica" con una nueva norma en 1994, que introdujo unas "excepciones infinitas".

Derechos

El presidente de la ACE sostiene asimismo que la federación del gremio de editores ha solicitado formalmente al Ministerio de Cultura que las modificaciones de la nueva ley de propiedad intelectual que se va a tramitar por exigencia de la UE "se extiendan para eliminar ventajas y derechos" que introdujeron los escritores en la norma de 1988.

"Los editores quieren devolver la situación a nuestros peores tiempos", afirmó Mollá, para quien también supone una amenaza el hecho de que cada vez sean más los casos en los que se sustituye el concepto de propiedad intelectual por el de copy right. "Es un sistema mucho menos protector que se rige por las leyes del mercado", advirtió el presidente. "Bastará darle una pequeña suma al autor al principio para que pierda sus derechos para siempre", dijo.

"¿Qué puede hacer un escritor aislado, pretendidamente independiente, solitario e insolidario?", se preguntó Mollá. "Nada", respondió, "sino someterse otra vez a los dictados de las grandes potencias editoriales confiando en el azar de convertirse en una excepción frente a las desgracias de la mayoría".

El presidente de la ACE, no obstante, hizo un llamamiento a los escritores para que trabajen desde la asociación y con las federaciones europeas. "Con la unión hemos logrado los únicos derechos reconocidos hasta ahora", recordó.