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Berlusconi rompe con la posición europea y apoya la actuación de Putin en Chechenia

Prodi condiciona la cooperación con Moscú a la "gestión correcta" del 'caso Yukos'

Enric González

Berlusconi efectuó ayer una apasionada defensa de la política rusa en Chechenia. El presidente del Gobierno italiano afirmó que la prensa internacional hablaba de violaciones de derechos humanos que, en realidad, no existían. El arrebato de Berlusconi se produjo al final de la cumbre Rusia-Unión Europea celebrada en Roma. Vladímir Putin agradeció el inesperado gesto. El presidente de la Comisión, Romano Prodi, recordó que la UE seguía "preocupada como siempre" por la situación en Chechenia y condicionó la cooperación económica con Rusia a la "gestión correcta" del caso Yukos.

Prodi, a quien semanas atrás el imperio político y periodístico de Berlusconi intentó involucrar con datos falsos en el fraude de Telekom Serbia, mantuvo la calma en todo momento. También permaneció impasible Javier Solana, alto representante de la política exterior común. La escena protagonizada por Berlusconi durante la conferencia de prensa de la cumbre fue, sin embargo, extraordinaria, y supuso una clara ruptura de la posición colectiva europea sobre el conflicto checheno.

"Rusia ha sufrido actos terroristas. La verdad es", arrancó Silvio Berlusconi, "que hay realidades que tanto en Italia como en el exterior son distorsionadas por la prensa". Según el dirigente italiano, en Chechenia se había celebrado "un referéndum en el que participó el 80% de la población, y en el que el 80% de los votantes decidieron democráticamente pertenecer a la Federación Rusa". "No entiendo por qué sigue circulando esa falsa opinión sobre la supuesta falta de voluntad, por parte de Chechenia, de mantenerse vinculada a Rusia", dijo. Berlusconi calificó de "leyendas" las supuestas violaciones de los derechos humanos cometidas por el Ejército ruso, denunciadas por numerosos gobiernos y organizaciones.

El imprevisible Berlusconi, que desde hace meses trata de apoyarse en su amistad con Putin para aumentar su influencia internacional, consideró que la prensa mentía cuando informaba sobre las denuncias contra la actuación rusa en Chechenia y cuando reflejaba las sospechas de que el Kremlin estaba tras las acciones judiciales sobre la petrolera Yukos. "Chechenia y Yukos son lo mismo", aseguró, "me he informado con fuentes italianas que conocen muy bien la realidad en Rusia y sé que ambas cuestiones han sido distorsionadas por los periódicos". "Putin", remató, "quiere luchar contra la corrupción con transparencia y métodos correctos".

Ya puesto, el empresario más poderoso de Italia, dueño de todas las televisiones privadas menos una y con los tres canales públicos bajo control, propietario directo o indirecto de un imperio periodístico, denunció que "el 85% de la prensa italiana" era "crítica o directamente hostil" con su Gobierno. Cuando concluyó, el presidente del Gobierno italiano se volvió sonriente hacia Putin y le dijo: "Ya te enviaré a casa una factura de un euro por mi trabajo como abogado defensor". "Estoy dispuesto a pagar un euro, finalmente Rusia cuenta con un abogado serio", respondió, en el mismo tono, Vladímir Putin.

Prodi y Solana intentaron devolver a la cumbre un tono de sensatez. El presidente de la Comisión aclaró que la Unión no compartía los puntos de vista de Berlusconi y seguía "preocupada" por la situación en Chechenia. Indicó también que el presidente ruso había asegurado a la UE que contra Yukos y contra su propietario, el detenido multimillonario Mijaíl Jodorkovski, no se estaba utilizando la ley "de modo discriminatorio". "Confiamos en que sea así; eso es muy importante para nosotros, en el sentido de que pueda continuar la cooperación entre Rusia y la UE en el terreno económico", precisó. Prodi subrayó que la no interferencia del Kremlin en el caso Yukos era una "condición" para las buenas relaciones Bruselas-Moscú. Javier Solana añadió que en el conflicto de Yukos lo más importante era "el Estado de derecho", y que todos los casos de corrupción debían ser juzgados "de forma igual y ecuánime".

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El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi (izquierda); el presidente ruso Vladímir Putin (centro), y Silvio Berlusconi, ayer en Roma.
El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi (izquierda); el presidente ruso Vladímir Putin (centro), y Silvio Berlusconi, ayer en Roma.AP

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