Arenas se ve obligado a salir en defensa del "consolidado" liderazgo de Rajoy en el PP
"Doy por zanjado el tema", responde el líder popular sobre la polémica de Gallardón
El liderazgo de Mariano Rajoy en el PP es "absolutamente indiscutible", "muy, muy sólido", y "está absolutamente consolidado dentro del partido". Todo eso según Javier Arenas, que ayer irrumpió como portavoz voluntario del secretario general del PP para hacer lo que él denominó "una declaración personal como vicesecretario general del partido". Arenas hizo esta defensa de Rajoy en los pasillos del Congreso de los Diputados, sin que mediara la habitual reclamación de declaraciones por los periodistas. Rajoy también estuvo en el Congreso, pero intentó evitar a los informadores. "Yo doy por zanjado el tema", respondió lacónico sobre la polémica con Alberto Ruiz-Gallardón.
¿Por qué Javier Arenas destacó, por tres veces, lo "sólido", "consolidado" e "indiscutible" que es el liderazgo de Rajoy en el PP? ¿Por qué fue él quién actuó como portavoz del PP para intentar "zanjar la polémica" y enfatizar que "todos, todos, todos sin exclusión" están en su partido "hechos una piña con Mariano" Rajoy para intentar ganar las próximas elecciones generales? La explicación oficial es porque quiso, porque puede hacerlo y porque es vicesecretario del partido.
Arenas fue secretario general del PP hasta la designación de Rajoy como sucesor de Aznar y es respetado en el partido. Además, el lunes, en la reunión de secretarios regionales y provinciales que alimentó la doble polémica de la semana -la andanada de Rodrigo Rato contra Alberto Ruiz-Gallardón a cuenta de la subida de impuestos en Madrid y la irrupción de Jaime Mayor en la campaña electoral de Cataluña con una sorprendente comparación entre la herencia de ETA y la herencia de Jordi Pujol- varios cargos del PP que acudieron a esa cita echaron en falta la etapa en la que Arenas y Pío García Escudero llevaban la dirección del partido. Recordaron que aquel tandem, pese a no llevarse precisamente bien, utilizaba esas reuniones para desgranar la estrategia a seguir en los territorios siempre con el objetivo de unificar mensajes y de buscar la vía para ganar o seguir ganando las elecciones.
El lunes, según dirigentes regionales que estuvieron en la reunión, oyeron "un discurso de Mariano muy similar a los de la Junta Directiva y del Comité Ejecutivo y nada significativo en clave interna". La queja, según estas fuentes, es la siguiente: "A veces, es un discurso para los medios, otras es para nosotros, pero el lunes lo de Mariano no fue ninguna de las dos cosas".
Quizá ésa sea una explicación de la irrupción de Arenas en la polémica por la subida de impuestos en Madrid de Alberto Ruiz-Gallardón, que el miércoles Rajoy definió como "perfectamente conciliable" con la promesa general que hace el PP de bajarlos en toda España. Y es que el mensaje de Arenas, inesperado para los periodistas que en ese momento sólo confiaban en escuchar algún comentario simpático del vicepresidente sobre la futura boda real, iba dirigido clara y directamente a los populares.
Algunos ejemplos: "Vamos a remitir el debate al ámbito municipal de la ciudad de Madrid, que es donde se debe explicar en profundidad lo que se ha hecho esperando que los ciudadanos lo comprendan"; "no vamos a mantener en absoluto la polémica. Hay que darla por zanjada"; "todos, todos, todos sin exclusión hechos una piña con Mariano para que ganemos las próximas elecciones generales"; "todos compartimos esta posición"; "desde luego, seguiremos manteniendo nuestra oferta electoral de bajar impuestos como hemos hecho todos estos años"; "creo y deseo que esto esté cerrado para todos. Y el incidente quien lo ha cerrado ha sido don Mariano Rajoy". Por si quedaba otro tipo de dudas, Arenas apostilló: "El señor [Rodrigo] Rato es la perfecta expresión del gran cambio económico y social que se ha producido en España y es uno de los activos más importantes que tiene nuestro partido para hablar de credibilidad, de crecimiento económico y de creación de empleo".
"Lo menos malo"
Arenas no fue ayer el único portavoz de Rajoy. El ministro portavoz, Eduardo Zaplana, también terció en la polémica, bien es cierto que en su caso a preguntas de los periodistas. Zaplana optó por minimizar el asunto con tres argumentos: "Es lo menos malo que nos ha podido pasar"; "es lógico que la oposición intente aprovecharlo"; "es una exageración comparar la bajada de impuestos en toda España que hace el PP con lo que haga un ayuntamiento, por importante que sea Madrid".
Eso fue lo que dijeron sus portavoces, pero el líder prefirió una respuesta lacónica cuando salía del Congreso: "Yo doy por zanjado el tema. La interpretación depende de los periódicos, y he leído esta mañana tres interpretaciones distintas".
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