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Reportaje:

El lado femenino

Las mujeres protagonizan la jornada del festival de cine de Sevilla

La mujeres fueron las protagonistas del Festival de Sevilla, Cine y Deporte, que entra en su recta final. Protagonistas en la pantalla con la magnífica película Eila, del director finlandés Jarmo Lampela, quien se mete de lleno en el mundo femenino, y fuera de las salas, por la presencia de la actriz española Cayetana Guillén Cuervo y de la realizadora Pilar Távora, quienes acapararon la atención de los cinéfilos. Detrás de todo esto, la actriz Assumpta Serna continuó ejerciendo como miembro del jurado.

El sol iluminó bastante la llegada de la actriz Cayetana Guillén Cuervo al festival. Menuda, más rubia, muy sonriente y muy bien acompañada por un trío masculino, los directores de la película y un amigo, la actriz y presentadora llegó al Casino de la Exposición para comentar su último largometraje, La mirada violeta. "Ha sido un proyecto largo, que nos ha traído algunos disgustos, aunque al final hemos hecho lo que nos ha gustado", comentó.

Junto a Cayetana Guillén, que es Violeta, la protagonista en la película, actúan Julieta Serrano e Isabel Ordaz, dos soberbias veteranas de la gran pantalla, así como actores más jóvenes, como Alberto Jiménez y Aida Folch, la niña, no tan inocente y con un toque lolita, del premiado largometraje de Fernando León de Aranoa Los lunes al sol.

La mirada violeta trata sobre la infidelidad en las parejas y el "amor en mayúscula", según su protagonista. "Refleja los encuentros y los desencuentros con la gente todos los días, también la obsesión de tener pareja, que se ha convertido en una dictadura del día a día porque sólo se piensa en eso y hay que empezar a ver que también se puede vivir sin ella. Parece que si no tienes pareja no eres feliz", comentó.

Para Los directores Nacho Pérez de la Paz y Jesús Ruiz, la infidelidad que se refleja en su película "no está fomentada por la promiscuidad; es más bien porque algo falla, aunque si es por promiscuidad tampoco pasa nada".

Esta comedia, que para la actriz de Amo tu cama rica refleja que el "amor duele", se estrenará a principios del próximo año.

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No es el único proyecto de la actriz que actualmente rueda en Coín (Málaga) la ópera prima del realizador malagueño Gabi Beneroso, Las huellas que dividen el mar, "un relato", según su protagonista, "de vidas cruzadas con toques de realismo mágico".

Sobre el cine, la actriz pidió seguir el ejemplo de Francia, que "cuida su cultura", mientras que en España "hay mucho talento, pero poco apoyo político". Se despidió prometiendo otra película que empezará a rodar en junio.

Jarmo Lampela repetía visita al festival sevillano. Estuvo en la primera edición con su película The river y este año presenta Eila, un largometraje que mira hacia la mujer que es protagonista y que lucha contra la desigualdad. La película, "social", tuvo como inspiración a la madre del cineasta y está basada en hechos reales: la vida de una mujer que arriesga su trabajo y que se enfrenta al Estado para denunciar una situación laboral precaria.

El tema del paro preocupa también al director. "En los años noventa pasamos tiempos difíciles en Finlandia, aunque hoy en día la situación no ha cambiado mucho y hace tan sólo dos semanas una gran empresa de teléfonos despidó a 900 personas en Finlandia. Una cifra que para nuestro país llama la atención".

Su próximo proyecto, Tres dimensiones, también seguirá la línea social y contará "tres historias de tres realidades sociales, de las relaciones de las personas en su trabajo y de cómo cambia la gente que se encuentra en paro"

Pilar Távora retrata la crudeza del flamenco

La realizadora Pilar Távora estrenó ayer en el festival de Sevilla su nuevo trabajo, Tablao: cara y cruz, un documental que muestra el otro lado del flamenco, el de las bailaoras cuando no están taconeando debajo de las luces de los escenarios. En su nuevo proyecto, Távora ha querido "hablar de la vida, de su aspecto humano y profesional, pues el flamenco es también un sentimiento de vida".

La artista andaluza estuvo ayer acompañada por dos de las protagonistas del documental, Loli Flores y Carmen Galíndez, mujeres que, según la directora, "llevan trabajando desde los nueve años y al verlas encima del tablao se distorsiona su realidad". "Su vida es muy dura y con grandes sacrificios. No tiene nada que ver la vida encima del escenario con los sinsabores que hay detrás", añadió.

La directora presentará en los próximos meses Banderilleros, otro documental de corte social que muestra el mundo taurino alejado del traje de luces.

La violencia del fútbol, en la gran pantalla

El festival de cine de Sevilla proyectó ayer la película del italiano Ivano De Matteo Ultimo stadio, una reflexión sobre el poder del fútbol y la violencia que genera.

Su director filmó en su ópera prima los dramas de diferentes personas que van a ver por separado la final de la Liga de Campeones que se celebró en Roma el 31 de mayo de 2001. "El deporte fue un pretexto para mostrar la violencia en el fútbol, quería hablar de este problema que hay en Italia y en otros países. Quise mostrar cómo los que van con corbatas y los que van mal vestidos son igual de violentos", dijo el director. De Matteo es también actor en la película pues no contaba con mucho presupuesto y tuvo que multiplicarse.

El largometraje, que concursa en la sección Oficialsport, muestra el lado más crudo de un juego que "dejó de ser solamente deporte hace 50 años y que ahora está envuelto en política y racismo", según su director.

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