Algo más que una plaza de toros

La plaza de toros de Vitoria no se encuentra entre los cosos vascos que acogen ferias de primera categoría, ni recibe la visita de otros habituales del albero como grupos de rock'n'roll, cantantes de moda o líderes políticos. Pero ha sido capaz de convocar a uno de los arquitectos más de moda, el cotizadísimo francés Jean Nouvel, quien ha apreciado las posibilidades de un trapecio de 35.000 metros cuadrados en pleno centro de la capital alavesa, junto a la zona preferente que será el terreno que ahora ocupan las vías del ferrocarril. Esta parcela de propiedad municipal, con la plaza como referente secundario, es una de las apuestas urbanísticas de la Vitoria de los próximos años.

Jean Nouvel apuesta por una cubierta de helio para el centro multiusos

El pasado jueves se presentaron al público las propuestas de cinco empresas constructoras para reurbanizar la zona. La exposición está abierta en la sala San Prudencio, en la calle del mismo nombre, frente al Teatro Principal. Es la penúltima etapa de un largo proceso que comenzó cuando todavía era alcalde el peneuvista José Ángel Cuerda y que pasó a ser una de las prioridades del popular Alfonso Alonso cuando llegó al gobierno de la ciudad. Su solución está siendo compleja: se comenzó con un concurso local, cuyos resultados no lograron satisfacer al consistorio, y ahora se ha optado por una convocatoria dirigida a empresas constructoras.

Y ahí entra Nouvel como padre arquitectónico de uno de los cinco proyectos. Los otros cuatro están firmados por profesionales reconocidos también por trabajos públicos de entidad, como Francisco de León (autor del Plan General de San Sebastián), Manolo Blasco (responsable del centro multiusos de la Caja de Ahorros de Navarra en Pamplona) o Javier Mozas (autor de algunos de los centros cívicos más interesantes de Vitoria), por citar referencias cercanas.

De momento, las cinco promotoras no hablan de cifras. Sus responsables conocían las exigencias básicas del Ayuntamiento: una plaza multiusos cubierta con capacidad para más de 6.000 espectadores, un aparcamiento con 600 plazas como mínimo, la reordenación urbanística de toda la zona y la aportación a las arcas municipales de por lo menos tres millones de euros (las propuestas finales han oscilado entre los cinco y los doce millones). A cambio, la posibilidad de gestionar la venta de miles de viviendas, oficinas y otros equipamientos en esta zona privilegiada.

Regresando a la arquitectura, el proyecto que reclama la mayor curiosidad es el de Jean Nouvel, quizá no tanto porque se conozcan a fondo sus aportaciones arquitectónicas (desde el Instituto de Estudios Árabes de París hasta el Centro de Congresos de Lucerna, Suiza), sino más por lo atrevido de su solución. En consonancia con su trabajo con nuevos materiales y sus soluciones innovadoras, Nouvel apuesta por una cubierta de helio para el centro multiusos. En la maqueta que muestra el encargo de Vascongada de Edificaciones y Urbasco, se aprecia el diálogo que establece el arquitecto francés con el Auditorio de Juan Navarro Baldeweg, también en proyecto, como hitos del nuevo eje que dominará la nueva trama urbana.

Nouvel hace referencia, como el arquitecto cántabro, a la ciudad vieja, a la almendra medieval que se proyecta en ese nuevo ensanche que dejarán las vías del ferrocarril, pero sin olvidar la condición de jalón urbanístico. "El concepto es afirmar la especifidad de la situación", señala el autor en la memoria de su proyecto. De ahí esa cubierta de la plaza, al estilo de las cúpulas de los observatorios astronómicos, pero mucho más ligera. Será "el faro de Vitoria", con 54 metros de diámetro y ocho de altura. La unión con la estructura del coso se realizará mediante cables de acero que permitirán la inclinación en distintos ángulos y la elevación hasta los 100 metros de altura.

En este resumen por lo más llamativo de cada aportación, el proyecto del equipo de Manuel Blasco para Urco y Urbasa destaca por la reconversión de la parcela en un gran edificio que incorpore todos los servicios públicos, con las viviendas aparte. No existen distorsiones en los volúmenes exteriores, en lo que es una propuesta que mira a su interior y que apuesta por la integración en la ciudad.

Sin embargo, Javier Mozas y Eduardo Aguirre (para FCC) han preferido diseñar una gran plaza pública en una de las zonas de más densa urbanización de Vitoria. En su proyecto se aprecia un guiño divertido al camuflar esa plaza de toros multiusos bajo una cubierta ovalada y transparente, como si fuese un estadio deportivo.

Francisco de León (Vallehermoso-Sarkis) ha echado mano de sus conocimientos en urbanismo y se ha inclinado por una incorporación armónica de la manzana en la ciudad, sin grandes estridencias. La clave, la integración de la plaza bajo el suelo para un mayor respeto de los volúmenes.

Y la propuesta de Pablo Carretón, José Luis Barrón y Juan Ciudad para la constructora Jaureguizahar destaca por su interés por las comunicaciones en la capital alavesa. Su proyecto incluye un centro de negocios que tendría helipuerto, pero que también cuenta con una pasarela peatonal que comunica el centro y el Sur de Vitoria.