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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

Batasuna ofrecerá a los nacionalistas un nuevo proceso similar a Lizarra

La izquierda abertzale, que tras la ilegalización de Batasuna se ha quedado sin marca ni estructura organizativa, reaparece hoy en el frontón Anaitasuna de Pamplona para anunciar su disposición a colaborar con las otras fuerzas nacionalistas, sustancialmente el PNV, para alcanzar un consenso sobre los ingredientes soberanistas contenidos en el plan Ibarretxe.

Los dirigentes de la extinta Batasuna consideran que la iniciativa aprobada por el Gobierno vasco y remitida al Parlamento para su debate representa la derogación del actual marco estatutario, que nunca aceptaron, y permite abrir un diálogo para alcanzar un consenso sobre un nuevo marco político, que posteriormente sería ratificado en una consulta por la sociedad vasca. En definitiva, pretenden iniciar un proceso similar al que cristalizó en el Acuerdo de Lizarra.

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Sin ocultar sus reservas respecto al texto articulado del Gobierno vasco, la izquierda abertzale ha decidido adoptar una actitud positiva, ya anunciada por la propia ETA en su revista Zutabe y por Arnaldo Otegi en sus intervenciones parlamentarias. Lejos de boicotearlo, trata de sumarse al debate soberanista iniciado por el nacionalismo moderado y llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Esta vez, a diferencia de Lizarra, el PNV ha asumido la iniciativa y la dirección del proceso.

Aunque la propuesta que hoy haga pública Batasuna no será una contrapropuesta articulada, como ya han presentado otros partidos, al menos será una "iniciativa concreta de diálogo", según adelantó ayer Otegi, quien subrayó que se dan las condiciones objetivas para iniciar una negociación ante la que la izquierda abertzale ya anuncia que "tiene mucho que decir".

Conscientes de que los simpatizantes de la vía abierta por Ibarretxe son casi más numerosos en las filas de la izquierda abertzale que en las del propio PNV, según han iluminado algunas encuestas, los dirigentes abertzales no pueden negarse a la oportunidad de sumarse a un pacto unitario entre las fuerzas nacionalistas, especialmente al encontrarse en el peor momento de su historia.

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"Contrapropuesta"

En una entrevista en un diario portugués, dos portavoces de ETA admitían que el proyecto de Ibarretxe -que ellos enmarcaban como una "contrapropuesta" a sus requisitorias al PNV durante la tregua- "integra los ingredientes de la solución, aunque no acierta con la ecuación". Éste y otros mensajes críticos con el enunciado del plan, pero atentos a sus contenidos y al anuncio de consulta popular que éste contiene, han sido lanzados por Batasuna. A su vez, éstos tratan de fortalecer su posición para negociar con el nacionalismo moderado -impulsando la creación del Foro Nacional integrado por pequeños partidos, sindicatos y fuerzas sociales- en torno a sus posiciones más radicales sobre la territorialidad de Euskal Herria y la autodeterminación.

No obstante, el proceso se ha trasladado ahora al Gobierno y al Parlamento, como establece el diseño del lehendakari. Ibarretxe tildó de "chiringuito" el Foro Nacional, dando a entender que no está dispuesto a aceptar otros ámbitos de discusión fuera de las instituciones. Allí también podrán los abertzales hacer valer sus votos, imprescindibles para la aprobación del texto en la Cámara vasca -Arzalluz les recordó que "sólo necesitaban dos"-, así como para resolver la dependencia que tiene todo el proceso de la ausencia de violencia -es decir, de que ETA pare- a fin de garantizar las condiciones de la consulta.

Jon Salaberria y Arnaldo Otegi, en mayo, en San Sebastián.
Jon Salaberria y Arnaldo Otegi, en mayo, en San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ

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