La subasta de Machado
Es inminente una importantísima subasta de manuscritos de Antonio Machado, con la inclusión de un borrador de La Lola se va a los puertos en mano de su hermano Manuel, procedentes, todos ellos, de los herederos de ambos poetas. Algunos de los documentos están expuestos, hasta el 31 de este mes, en la sede madrileña de la sociedad encargada de la subasta, Arte, Información y Gestión (Plaza de la Independencia, número 8). Entre el 10 y el 20 de noviembre la muestra estará en el Centro Cultural El Monte de Sevilla (Calle Laraña, 4), donde el lote, de unas ochocientas hojas, se subastará el último día de la misma. El precio de salida es de 575.000 euros, es decir de unos 96 millones de pesetas.
Se me ha permitido amablemente ver el conjunto de los manuscritos, que se describen de manera somera en el catálogo con la reproducción fotográfica de algunas hojas especialmente valiosas. Siempre es emocionante poder contemplar los borradores de un gran escritor, observarle en el acto de crear, comprobar las tachaduras, las modificaciones, las dudas... Estos papeles no decepcionan. Si algunos de ellos revisten menor interés que otros, el manuscrito de Poema de un día (primer título: Meditaciones en un pueblo rural, luego Mi vida en Baeza), por ejemplo, pone los pelos de punta. También unas reveladoras variantes de las coplas a Guiomar. En ellas el poeta enfatiza que su dama le buscó a él, no al revés -así fue, en efecto-, y recuerda su emoción al constatar que, tras tan larga espera, se había producido el milagro: "Temblé como temblaba cuando niño,/ al sospechar.../ y cuando adolescente,/ sabiendo ya/ lo que sabían todos, y, maduro, / cuando volví a ignorar. /Ahora, ya viejo, esa palabra fuerte:/¡mujer! ¡cómo otra vez me hace temblar!"
Hay algunas cartas inéditas enjundiosas, entre ellas una a su madre con alusiones a la enfermedad de Leonor, otra a Gregorio Martínez Sierra (1912) en la cual se queja de la situación de sus derechos de autor. Y -no puedo dejar de citar su primer párrafo, sobre todo en estos momentos- una hoja donde Machado expresa su dolorida reacción al enterarse del asesinato de Lorca: "Día 8 de septiembre. Por la prensa de esta mañana me llega la noticia. Federico García Lorca ha sido asesinado en Granada. Un grupo de hombres -¡de hombres!- un pelotón de fieras lo acribilló a balazos, no sabemos en qué rincón de la vieja ciudad del Genil y el Darro, los ríos que él había cantado. ¡Pobre de ti, Granada! Más pobre todavía si fuiste algo culpable de su muerte. Porque la sangre de Federico, tu Federico, no la seca el tiempo".
Lo más valioso del conjunto, con todo, creo que lo constituyen las 83 hojas sueltas del ciclo de Juan de Mairena, que, si no me equivoco -el examen fue necesariamente rápido- permitirán conocer en mayor profundidad a este fabuloso personaje machadiano cuya relevancia no deja de crecer con el paso del tiempo.
Es imprescindible que estos documentos, que forman un solo lote, no salgan de España y se abran cuanto antes a los investigadores. Hay indicios de que el Ministerio de Cultura se va a lavar las manos. Si es así, cabrá a la Junta de Andalucía poner a salvo un tesoro único.
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