Rajoy promete hacer frente por igual al plan de Ibarretxe y a ETA si es presidente

Mariano Rajoy hizo a mediodía de ayer, junto al Árbol de Gernika, una de sus principales promesas como candidato del PP a la presidencia del Gobierno: impedir, "con las medidas políticas y jurídicas que resulten adecuadas", que el plan Ibarretxe tenga alguna posibilidad de prosperar, y adelantó que medirá con el mismo rasero "ese desafío", que es "la marca de un frente nacionalista", con el terrorismo de ETA. Mantuvo que ambos pretenden por igual "fracturar la convivencia de los vascos", "humillar" a las víctimas de ETA, "eliminar" el Estatuto de Autonomía y "destruir" la Constitución.

Un centenar de cargos del PP, encabezados por su candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, se dieron cita a mediodía de ayer frente al Árbol de Gernika. El motivo oficial de la reunión era rendir homenaje al Estatuto vasco en su vigesimocuarto aniversario. El propósito real de esa cita a las puertas de la sede de las Juntas Generales de Vizcaya fue responder a la "propuesta de Estatuto político de la comunidad de Euskadi" que acababa de anunciar formalmente en Vitoria el lehendakari, Juan José Ibarretxe. Y allí acudieron, entre otros, el líder de los populares vascos, Jaime Mayor Oreja; el presidente del PP en Euskadi, Carlos Iturgaiz; la vicepresidenta de la Comisión Europea Loyola de Palacio, y todos los dirigentes con algún peso en el PP de Euskadi.

Constante equiparación

Rajoy respondió al plan con un anuncio de explícito contenido electoral: "Si los españoles me eligen como presidente del Gobierno me comprometo a que nada, se llame plan Ibarretxe o se llame terrorismo, fracture la convivencia de los vascos o prevalezca sobre el Estado de derecho". La equiparación del plan Ibarretxe con el terrorismo de ETA fue una constante tanto del discurso de Rajoy como de los que previamente pronunciaron Mayor Oreja y Carlos Iturgaiz.

Rajoy argumentó esta equiparación entre ETA y el plan soberanista de Ibarretxe por tres motivos: El "plan hace suyos los objetivos de ETA"; la banda siempre "quiso imponer un régimen de terror en la sociedad vasca con la finalidad de lograr la secesión de España"; y el proyecto del lehendakari "es celebrado como una victoria propia por el mayor representante de Batasuna, una organización definida como terrorista dentro y fuera de España". Es decir, ETA y el plan persiguen el mismo objetivo, y éste no es otro que la secesión de España y, por eso, el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, se felicitó por su presentación en el Parlamento vasco el pasado 26 de septiembre.

Rajoy prometió asimismo "adoptar las medidas políticas y jurídicas que resulten adecuadas" para responder al plan. Dijo que las pondrá en práctica "como sin duda lo haría cualquier Gobierno democrático". Todo ello con un objetivo muy preciso: "Garantizar que no se instale en esta tierra un modelo de sociedad excluyente, un orden sin verdadera ciudadanía, en el que cualquiera tenga el riesgo de convertirse en víctima".

El candidato del PP negó que el plan, desde ayer articulado, sea sólo un nuevo Estatuto, posible con una reforma de la Constitución. "El plan Ibarretxe es una traición al Estatuto de Gernika, pretende cabalmente su eliminación", afirmó. Y, según él, "contradice radicalmente la letra y el espíritu de la Constitución". Por eso, "ni siquiera sería hipotéticamente viable reformándola", pues "su viabilidad exigiría la destrucción de la Constitución misma". El motivo es que la autodeterminación sólo podría ser un derecho "del conjunto del pueblo español como único titular de la soberanía". Rajoy enfatizó que nadie, tampoco el pueblo vasco, "está sobre la voluntad general del pueblo español".

Además, según el candidato del PP, el plan no pretende defender la voluntad del pueblo vasco. Pretende "dividirlo profundamente y excluir a la mitad de su población". Y, de paso, "humillar" a quienes durante estos años han sido "y siguen siendo las víctimas de la organización terrorista" ETA.

Esta voluntad de dividir y humillar tuvo, según el PP, un esclarecedor "gesto de exclusión" en la decisión del presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, de expulsar el pasado viernes al presidente de los populares vascos, Carlos Iturgaiz, tras un intercambio de descalificaciones en la Cámara de Vitoria. Todos los populares arroparon ayer a Iturgaiz por lo que Mayor calificó de "gesto totalitario sin precedentes"; de "gesto que explica un plan", y de "gesto de exclusión y expulsión con el brazo en alto". Todo ello, según Jaime Mayor, porque el PNV ha apostado por la "deslealtad" con la Constitución y el Estado de derecho "para compartir el miedo y el poder de ETA".