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La plataforma de salud mental pide que Sanidad asuma todas las competencias de Bienestar Social

La atención a los enfermos mentales crónicos debe depender de la consejería de Sanidad y no de Bienestar Social, como ahora. Así lo entiende la Plataforma en Defensa de los Servicios Públicos de Salud Mental, que considera positivo el reciente anuncio de Sanidad de crear un consorcio que agrupe bajo el control del departamento que dirige Vicente Rambla las competencias repartidas entre esta consejería y las diputaciones, aunque pidió que absorba también las que ejerce Bienestar Social.

El vicepresidente de la sociedad europea de Neuropsiquiatría y catedrático de psiquatría de la Universitat de València Manuel Gómez-Beneyto pidió recientemente la integración "bajo Sanidad" de todos los servicios de salud mental y aseguró "no entender" por qué los enfermos de larga duración tienen que depender de Bienestar Social. Es "una situación única en el mundo" el hecho de que la Administración "pase la responsabilidad de una parte del tratamiento médico, es decir, la rehabilitación, a Bienestar Social" y destacó que esta prestación "no es un servicio graciable y dependiente de que haya presupuesto o no, sino que es un derecho". Gómez-Beneyto se refería así a las subvenciones que la consejería que dirige Alicia de Miguel concede a las asociaciones de enfermos para que sean ellas quienes se ocupen de la reinserción y rehabilitación en función de los presupuestos disponibles y sujetos a recortes por parte de la Consejería de Economía.

La plataforma considera positivo establecer "un nivel único de competencias en salud mental" y reconoce la necesidad de una reforma en profundidad del Plan de Salud Mental. Un 3% de la población de la Comunidad Valenciana padece una enfermedad mental, en su mayor parte esquizofrenias o trastornos bipolares, según los datos que baraja la plataforma. Para los más graves, según apuntan especialistas y familiares, no existen suficientes unidades de agudos, ya que "salen sin recuperarse del todo ante la necesidad de vaciar camas para nuevos ingresos y cuando lo hacen están cargados de medicamentos sedantes. Tampoco hay visitas domiciliarias por parte de enfermeras especializadas o psiquiatras para ayudar a los familiares, ni suficientes centros de día donde puedan acudir los pacientes. Según Gómez-Beneyto, la atención de los enfermos mentales en Centros de Rehabilitación e Inserción Sociolaboral (CRIS), les permite recuperar destrezas que han perdido, pero el número actual es "ridículamente insuficiente" ya que hay "un déficit absoluto".

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