Contra el hambre
Los buenos propósitos humanitarios y el cine americano siempre han congeniado fatal. Cada vez que se hace una película que pretende dar a conocer al mundo la infame situación de un colectivo en un determinado punto del planeta, échate a temblar, porque las dosis de almíbar siempre son mayores que las de crudeza y la simpleza se impone sin remedio sobre la sutileza. El objetivo del cine es contar una buena historia, con credibilidad y con capacidad de seducción. Si luego esa (buena) película sirve para algo, fantástico.
Amar peligrosamente, ambientada en el seno de una organización humanitaria, casi parece una ONG en sí misma. Dirigida por Martin Campbell (La máscara del Zorro o Límite
AMAR PELIGROSAMENTE
Dirección: Martin Campbell. Intérpretes: Angelina Jolie, Clive Owen, Teri Polo, Noah Emmerich. Género: drama romántico. EE UU, 2003. Duración: 120 minutos.
vertical), la película se puede analizar desde dos tipos de consideraciones: cinematográficas y éticas.
En el plano ético, resulta sorprendente ver cómo una producción dedicada expresamente a los voluntarios que trabajan cada día contra el hambre en el mundo y que se juegan la vida en ello echa mano de miles de figurantes (con pinta de no haber comido en su vida), procedentes de varias tribus de Namibia. Los organizadores afirman que se preocuparon "por alimentarlos bien y ofrecerles cuidados sanitarios" (?).
En el apartado artístico, la historia acumula todos los tópicos sobre el bandidaje, el descreimiento de los cooperantes, la imposibilidad del amor y el aprovechamiento de las mafias, e incluye secuencias tan sonrojantes como la de Angelina Jolie tocando una pieza de Schumann en medio de un poblado etíope plagado de miseria. En un lugar en el que es imposible hallar agua potable y lo más normal es toparse con las moscas, ella encuentra nada menos que un piano. El cine, fábrica de sueños.
Babelia
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