Bruselas propone un carné de conducir idéntico para toda la UE

La Comisión Europea quiere un carné de conducir, único, igual en todos los países de la UE, con idénticos derechos y periodos de validez, y un mayor control en la red viaria para reducir los accidentes de tráfico. Loyola de Palacio, responsable de Transportes y vicepresidenta de la Comisión, considera que ambas medidas reforzarán la seguridad viaria en Europa, donde cree que no hacen falta más normas de tráfico, sino que éstas se cumplan. La velocidad excesiva, el consumo de alcohol y no usar el cinturón de seguridad o el casco son las causas fundamentales de la muerte anual de 40.000 ciudadanos en las carreteras europeas.

"Los niveles de seguridad más altos de la Unión Europea se registran en Suecia y en el Reino Unido y en estos países la mortalidad por accidentes de tráfico es la mitad que la europea", explicó ayer Loyola de Palacio. "Eso indica que, siguiendo su ejemplo, la UE podría ahorrar cada año 20.000 muertos en carretera".

Con este objetivo, la Comisión Europea, que aprobó ayer las directrices de De Palacio, propone dos baterías de medidas. La primera consiste en unificar el carné de conducir, terminando con los más de 80 modelos diferentes actuales. Muchos de ellos, aparentemente iguales en la forma, otorgan a sus titulares derechos y periodos de validez distintos. En Bélgica, por ejemplo, el carné de conducir es permanente.

Bruselas propone un carné de plástico, con foto digital, de mayor resistencia al fraude. "Los Estados miembros tienen la posibilidad de incluir en los nuevos permisos de conducir un microchip que contenga información impresa en la tarjeta", dice la Comisión.

Validez limitada

Una vez que la directiva que ahora se propone entrara en vigor, los carnés deberían tener un periodo de validez limitado y las sanciones deberían ser paneuropeas, de modo que la retirada del permiso se tenga que cumplir en todos los países. Evitar la duplicidad de carnés, como ocurre ahora, sería esencial. Por último, y entre otras medidas, se propone la introducción de un permiso para los ciclomotores.

Respecto a la segunda batería de medidas, Bruselas considera que reducir el número de accidentes de tráfico pasa por un aumento de los controles en carretera con medios humanos pero también con medios técnicos más sofisticados, mejorar la formación de los controladores y dotar de más infraestructuras a la red viaria.

Para demostrar que la UE no necesita muchas más normas para mejorar la seguridad en carretera, sino cumplir las ya existentes, Loyola de Palacio puso varios ejemplos: en el Reino Unido, el nivel de alcoholemia permitido es más alto que en Portugal y, sin embargo, hay el triple de accidentes en Portugal achacables al consumo de alcohol que en las carreteras británicas.

El límite de velocidad es más alto en Alemania que en Luxemburgo y, paradójicamente, en el primero hay menos muertos en términos relativos.