Juan Pablo II completa el colegio cardenalicio que elegirá a su sucesor

Juan Pablo II completó ayer el Colegio Cardenalicio que, en un día no muy lejano, se reunirá en cónclave para elegir a su sucesor. La debilidad del Pontífice obligó a romper dos antiquísimas tradiciones en la consagración de los 30 nuevos cardenales: el Papa no pudo colocar personalmente el birrete sobre la cabeza de los designados, ni pudo pronunciar las frases rituales en latín. Entre los recién incorporados figuran dos españoles: el cardenal Julián Herranz, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y miembro del Opus Dei, y el cardenal Carlos Amigo, franciscano y arzobispo de Sevilla.

En realidad, ayer fueron nombrados 31 cardenales. El nombre de uno de ellos, sin embargo, se mantuvo en secreto, in pectore, y el beneficiado, obviamente, no acudió a la ceremonia. El cardenal secreto (que no llegaría a serlo si el Papa muriera sin pronunciar su nombre) debe pertenecer a una diócesis sometida a algún tipo de presión o persecución política; la posibilidad de represalias justifica el anonimato, utilizado ya en anteriores ocasiones por Juan Pablo II y sus predecesores para proteger a cardenales de países comunistas. Todas las suposiciones apuntaban a que el cardenal número 31 era chino.

Otro pequeño misterio no resuelto ayer está relacionado con el número de cardenales con derecho a participar y votar en un Cónclave. En total, el colegio cardenalicio tiene 194 miembros, de los que 135 cuentan menos de 80 años y son, por tanto, electores potenciales del sucesor de Juan Pablo II. Una norma creada por Pablo VI, y mantenida por Karol Wojtyla, establece en 120 cardenales el quorum máximo de un Cónclave.

Reducción de electores

La elevada edad media de los purpurados implica una rápida reducción de los electores: este sábado serán ya uno menos, y en seis meses otros nueve cumplirán los 80 años.

Aún así, en abril seguirán siendo 125. Según diversas fuentes vaticanas, puede suponerse la existencia de una carta de Juan Pablo II, sellada hasta después de su fallecimiento, en la que se concedería la autorización necesaria para que el quorum del Cónclave sea superior a 120.

En una homilía leída por el sustituto de la secretaría de Estado, el arzobispo Leonardo Sandri, Juan Pablo II indicó a los cardenales que su ropaje rojo púrpura evocaba "el color de la sangre" y exigía "el heroísmo de los mártires", y les exhortó a mantenerse humildes pese a su alta dignidad en la Iglesia. Unas 10.000 personas asistieron a la ceremonia en la plaza de San Pedro.

El iniciado ayer es el noveno Consistorio (reunión de cardenales) del pontificado de Karol Wojtyla. Su largo mandato, de más de un cuarto de siglo, le ha permitido renovar casi por completo la franja electoral del colegio cardenalicio: de los 135 menores de 80 años, sin contar al desconocido in pectore, 130 han recibido el birrete y el anillo de manos de Juan Pablo II. La renovación del colegio cardenalicio no ha alterado apenas, sin embargo, la distribución porcentual por continentes establecida por Pablo VI: la hegemonía sigue siendo europea, con 66 cardenales; Latinoamérica, con 24; América del Norte, 14; África, 13; Asia, 13; y Oceanía, 5.