Un agotado Papa impone el anillo cardenalicio a los nuevos purpurados en una misa solemne
Juan Pablo II reafirma su voluntad de seguir ejerciendo su "servicio y misión" al frente de la Iglesia Católica
Agotado tras una semana de ceremonias, Juan Pablo II ha impuesto esta mañana a 30 de los 31 nuevos purpurados el anillo cardenalicio -el otro signo, junto al capelo, de los príncipes de la Iglesia- durante una misa solemne concelebrada en la basílica de San Pedro, en la que ha reafirmado su voluntad de seguir ejerciendo su "servicio y misión" al frente de la Iglesia Católica.
En el mismo día en que se cumplen los 25 años del comienzo de su pontificado, para el que fue elegido el 16 de octubre de 1978, el enfermo Papa, de 83 años, no ha podido de nuevo leer párrafo alguno de la homilía y tampoco ha oficiado la misa. Se le ha visto con problemas para respirar, como si le presionara el tórax, y con la voz débil y cansada. Pero ha sacado fuerzas para leer en latín la fórmula del rito y colocar, en silencio, el anillo a los cardenales, entre ellos los españoles Carlos Amigo Vallejo y Julián Herranz.
"Recibid este anillo, signo de dignidad, de celo pastoral y de la más firme comunión con la Sede de Pedro", ha señalado el Papa con dificultad. El rito establece que en el momento en el que el Pontífice coloca el anillo debe pronunciar ante cada uno de los cardenales la frase: "Recibe este anillo de la mano de Pedro y sepas que con el amor del Príncipe de los Apóstoles se refuerza tu amor hacia la Iglesia". Para no fatigarse, Juan Pablo II ha leído sólo una vez esta parte. Estos pequeños cambios del ritual se deben al cada vez más debilitado estado de salud del Pontífice. Tampoco colocó ayer el capelo cardenalicio a los purpurado, sino que se los entregó y ellos se lo pusieron.
La doble misión del Papa
Tras la imposición de los anillos, todos han besado el del Sucesor de Pedro, quien en su homilía -leída, como ya es habitual, por el número tres del Vaticano, el arzobispo Leonardo Sandri- ha subrayado la universalidad del Colegio Cardenalicio (pertenecen purpurados de 69 países) y la misión del Papa: "Unidad y apertura, comunión y misión. Éstas son las características de la Iglesia. Ésta es la doble misión del ministerio petrino [del Papa]: unidad y misión".
La ceremonia se ha celebrado en la basílica de San Pedro debido a la lluvia que ha caído durante toda la mañana en Roma y no en la plaza de San Pedro, como estaba prevista inicialmente para dar cabida a los miles de fieles que asisten al consistorio. A la imposición de los anillos han asistido unas 12.000 personas en el interior de la basílica y varios miles resguardadas de la lluvia bajo la columnata de Bernini la han podido seguir a través de cuatro grandes pantallas de televisión instaladas en la plaza.
Una vez recibido el capelo y el anillo, los cardenales tomarán posesión en los próximas semanas o meses de las iglesias de Roma que les ha asignado el Papa, que simbolizan la participación de los purpurados en el cuidado de la Ciudad Eterna, de la que es obispo Juan Pablo II. Con esta ceremonia concluye el noveno consistorio del pontificado y el colegio cardenalicio queda compuesto por 194 cardenales, más uno in pectore (secreto), de los que 135 pueden elegir al futuro Papa al tener menos de 80 años, como establece la normativa vaticana.
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