El Rey pide a Siria que coopere en la lucha contra el terrorismo y las armas prohibidas

El rey Juan Carlos hizo anoche un claro llamamiento a Siria para que coopere en la lucha contra las armas de destrucción masiva y el terrorismo, al término de una jornada en la que los dirigentes sirios respondieron con firmeza a los argumentos que les presentaron sus interlocutores españoles. El propio presidente Bachar el Asad evitó en el discurso que pronunció durante la cena cualquier mención a esos dos temas y presentó una visión pesimista del conflicto de Oriente Próximo en la que llegó a comparar al actual Gabinete israelí con los nazis.

La versión española distribuida del discurso de Asad incluía, además, una referencia a que las manifestaciones contra la guerra de Irak expresan el "verdadero sentir" del pueblo español, pero el presidente sirio no leyó finalmente dicha alusión. Las manifestaciones que "en Europa, en el mundo en general y especialmente en España" se celebraron "interpretaron el verdadero sentir de los pueblos", se lee en efecto en el texto español, adecuadamente impreso por la presidencia siria, que los invitados al banquete encontraron sobre sus mesas.El contexto de la frase es una visión pesimista de la situación de Naciones Unidas, propiciada por "algunos originariamente alejados de la cultura de los demás" que "se alejan aún más de la misma y día a día hacen más difícil el mero inicio del diálogo. Pero cuando compareció en el banquete Asad advirtió personalmente de que el texto distribuido no era el definitivo. Luego, mantuvo el contexto, pero no leyó las referencias a las manifestaciones y a España.

Don Juan Carlos y Asad apenas hablaron, según un portavoz de La Zarzuela, del conflicto de Oriente Próximo ni de Irak durante la reunión de trabajo de la mañana del primer día de esta visita real, considerada "histórica" por ser la primera que el jefe de Estado español hace a Siria, y en unas circunstancias internacionales especialmente difíciles. Ello se debe, según la misma fuente, a que esos temas habían sido ya desbrozados la noche del domingo y ayer por la ministra de Exteriores, Ana Palacio, y su homólogo sirio, Faruk Al Shara.

Fuentes diplomáticas indican que, si bien se tocó poco el tema de Irak, la delegación siria respondió "con firmeza" a cuantos argumentos se le presentaron en relación con el terrorismo y su papel en el conflicto de Oriente Próximo. Al Shara sostiene por un lado, según esas fuentes, que las oficinas de organizaciones como Hamas o Yihad Islámica abiertas en Siria "no están operativas". Por otro, explica que, aunque Damasco condena el terrorismo internacional, mientras dure "la ocupación" israelí de territorios palestinos, sirios y libaneses, será siempre difícil calificar de terroristas los ataques.

Palacio se interesó, además,por la respuesta de Al Shara a las acusaciones estadounidenses, recogidas el pasado fin de semana por The New York Times, de que Siria no está colaborando en el bloqueo de 3.000 millones de dólares del régimen de Sadam Husein custodiados en sus bancos ni en el de otros 450 millones en entidades financieras de Líbano. No obtuvo una contestación clara.

También en relación con Irak, la delegación española ni siquiera logró aclarar si Siria va a participar en la Conferencia de Donantes que se celebrará en Madrid el jueves y el viernes.

El discurso del Rey en la cena de gala, tras alabar la "firme voluntad" de Asad de "hacer avanzar a Siria, con paso seguro, por la vía de las reformas políticas y económicas", sentó algunos puntos claros en ese contexto. Por lo que se refiere al terrorismo, Don Juan Carlos recordó que "no hay causa o motivo que puedan justificar la muerte de inocentes" y proclamó que "la respuesta solidaria y uniforme" de todos es la mejor vía para erradicarlo.

El Rey habló también de las armas de destrucción masiva, un tema que escuece en Damasco porque el Congreso de EE UU ha iniciado un proceso de sanciones a Siria que en parte se basa en la acusación de que el país trataría de desarrollar esos ingenios. "Tenemos que promover la seguridad regional y, con tal fin, trabajar por la no proliferación nuclear, química y biológica. Mantengamos vivo este compromiso", dijo el monarca.

La necesidad de una "paz global" en Oriente Próximo y de que "el pueblo de Irak asuma y ejerza su soberanía cuanto antes" completan una intervención real, que reitera las posiciones conocidas del Gobierno sobre estos temas.

Asad constató que los iraquíes "bregan por la recuperación de su irrenunciable independencia", e hizo votos por la paz global, aunque advirtió: "Nunca hemos estado como hoy tan distantes de la paz". Añadió una dura crítica al Gobierno israelí de Ariel Sharon, cuya política tachó de "racista" que " evoca una época distinta", en referencia al periodo nazi.