Ingenieros en la cantera

Es una institución en la acepción más ambiciosa del término. La Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla es la cantera en la que se han formado los impulsores de varias empresas de I+D que están instaladas ahora en la isla de la Cartuja. Nació ya con espíritu innovador en 1967 y sigue pilotando decenas de proyectos de investigación en la actualidad. De sus tres institutos (robótica, metrología y energías renovables) salen iniciativas dispares que lo mismo ayudan a mejorar el rendimiento de los remeros que el aprovechamiento de la combustión del alpeorujo.

De la visión emprendedora de un grupo de profesores de la Escuela surgió en 1982 la Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía (AICIA), una organización sin ánimo de lucro creada para impulsar la investigación industrial y favorecer el avance tecnológico en la comunidad autónoma. En los trabajos de AICIA están implicados alrededor de 300 alumnos becados cada año, un periodo en el que se pueden mover alrededor de seis millones de euros en contratos de investigación.

De estas instalaciones han salido proyectos variopintos y encargos múltiples como la participación en un proyecto de la Unión Europea para aumentar el tráfico fluvial en el Danubio para convertirlo en una columna vertebral del transporte europeo o el estudio de los sistemas de refrigeración para analizar su eficiencia energética con vistas al cumplimiento del protocolo de Kioto, que propone la reducción de ciertas emisiones que contribuyen al cambio climático.