Putin convenció a Schröder y a Chirac para apoyar a EE UU

El presidente ruso, Vladímir Putin, desempeñó ayer un papel clave para lograr que la resolución de la ONU sobre Irak fuera aprobada por unanimidad. Putin, que se encontraba en Malaisia participando en la reunión de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), discutió telefónicamente la posición a adoptar en el Consejo de Seguridad con su homólogo francés, Jacques Chirac, y con el canciller alemán, Gerhard Schröder, después de lo cual el canciller anunció la decisión de apoyar el texto de EE UU.

Al hacer de puente entre Washington, de un lado, y Berlín y París, de otro, Moscú reafirmó su voluntad de convertirse en un mediador entre el mundo occidental y el islámico. Esa aspiración es la que llevó a Malaisia a Putin, que ve a Rusia, en el futuro, con el estatus de observador de la Organización de la Conferencia Islámica.

La idea de que Rusia formara parte de la OCI en calidad de observadora la expresó Putin en agosto, cuando visitó Malaisia y cerró el acuerdo para vender 18 aviones de combate a ese país por casi 800 millones de euros. En aquella oportunidad, Putin señaló que "en Rusia viven unos 20 millones de musulmanes, más de los que viven en Malaisia, que se considera un país islámico". Actualmente, 57 países son miembros de la OCI y otros tres poseen el estatus de observador.

La búsqueda de relaciones más estrechas con la OCI también tiene como objetivo lograr que disminuya el apoyo a los separatistas chechenos en los países musulmanes. Por cierto, Putin tuvo de compañero en este viaje a Ajmad Kadírov, el presidente de Chechenia impuesto por el Kremlin.

Algunos analistas destacan que Putin ha elegido un buen momento para reforzar la posición de Rusia en el mundo islámico cuando las relaciones de EE UU con los países musulmanes han empeorado.