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Una operación compleja con pocos precedentes

Los hermanos unidos por la cabeza (sólo un 2% de los casos de siameses) presentan dificultades especiales debido a la complejidad del cerebro y de sus redes sanguíneas, y el último caso que trató de corregirse en un quirófano, hace sólo tres meses, terminó en tragedia cuando las siamesas iraníes Ladan y Laleh Bijani, de 29 años, murieron poco después de que los cirujanos del hospital Raffles, de Singapur, lograran separarles los cerebros.

En aquel caso la operación duró 52 horas, y el equipo médico liderado por el neurocirujano de Singapur Keith Goh no pudo controlar la hemorragia cerebral masiva causada por la intervención.

Los médicos reconocieron que, ante las complicaciones que se encontraron durante la intervención, se habían planteado dar marcha atrás, pero los familiares y amigos de las siamesas les pidieron que siguieran, ya que ésa había sido la voluntad de Ladan y Laleh.

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Las siamesas iraníes murieron, aún bajo los efectos de la anestesia, con una diferencia de 90 minutos. La causa fue la hemorragia cerebral provocada por la rotura de una red sanguínea cerebral que las siamesas compartían al 30%. Para poder separar sus cerebros, los médicos tenían que reconstruir (mediante un implante) la vena en el cerebro de una hermana mientras mantenían el flujo sanguíneo en la otra. Los altísimos riesgos que implicaba esa fase de la operación habían causado que años antes, en 1996, un equipo de cirujanos alemanes se negara a llevarla a cabo.

A diferencia del caso actual de Dallas, parte de las complicaciones de entonces vinieron del hecho de que las siamesas tenían ya 29 años. La dureza del hueso, sorprendentemente grueso, ya empezó causando retrasos. Los médicos tuvieron que batallar para separar la vena que ambas hermanas compartían. Luego, cinco neurocirujanos tuvieron que separar "milímetro a milímetro" los tejidos cerebrales de las siamesas, pues aunque independientes, tras 29 años de unión sus cerebros mostraban unas adherencias que sorprendieron a los cirujanos y que fueron uno de los factores determinantes del fracaso.

Ayer mismo, un equipo de médicos italianos concluyó en Roma la separación de una pareja de niñas siamesas griegas de cuatro meses. La intervención duró 12 horas y los especialistas se mostraron satisfechos con ella, aunque advirtieron que será necesario esperar cuatro a cinco días para considerarla un éxito.

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