Un ucranio de 43 años muere apuñalado en Usera
La víctima eleva a 89 el número de muertes violentas en Madrid en lo que va de año
El inmigrante ucranio Vasile Polyevoi, de 43 años, resultó muerto sobre las dos de la madrugada de ayer tras recibir dos puñaladas en una reyerta ocurrida en una pequeña plaza en la confluencia de las calles de Almendrales y Jesús del Gran Poder, en Usera. En el mismo suceso resultó herido un compatriota y amigo del fallecido, Olexi Shuet, de 27 años, que recibió otras dos cuchilladas, en el abdomen y el hemitórax izquierdo. Ambos se encontraban acompañados de un tercer hombre de origen ruso que resultó ileso. El Grupo VI de Homicidios investiga el crimen.
Las calles de Madrid volvieron a teñirse de rojo como consecuencia de un nuevo homicidio. Eran las 2.00 de ayer cuando un ciudadano de origen ucranio de 43 años, Vasile Polyevoi, moría tras sufrir dos puñaladas, ocurridas, según fuentes policiales, en una reyerta con un grupo de ciudadanos suramericanos. Una de las puñaladas alcanzó al hombre en la región fronto-parietal izquierda de su cabeza y la otra, posiblemente la que le causó la muerte, le afectó el pulmón y le causó un hemitórax izquierdo, llegando al corazón. Los sanitarios del Samur-Protección Civil hallaron al hombre en situación de parada cardiorrespiratoria y, tras intentar múltiples maniobras de recuperación, sólo pudieron certificar su muerte.
En el suceso resultó herido, con otras dos puñaladas, un compatriota de la víctima, Olexi Shuet, de 27 años. El hombre presentaba dos cuchilladas en abdomen y hemitórax izquierdo. Tras ser estabilizado por los efectivos del Samur, fue trasladado en una UVI móvil hasta el hospital Doce de Octubre con pronóstico moderado, según informó un portavoz de Emergencias Madrid. A última hora de ayer, fuentes policiales informaron de que el joven se encontraba fuera de peligro. Víctima y compatriota estaban acompañados de un tercer ciudadano de origen ruso que resultó ileso.
La policía ha descartado, de momento, el ajuste de cuentas como móvil del crimen y ha centrado sus investigaciones en la posible existencia de una pelea ocurrida minutos antes en una plaza próxima al lugar donde cayó y fue hallada la víctima, y donde a esa hora un numeroso grupo de ciudadanos de origen suramericano estaba bebiendo en la calle, según fuentes policiales.
'Botellón' en la calle
Los agentes encargados de las pesquisas han abierto esta línea de investigación tras tomar declaración al amigo de las víctimas. Con la ayuda de un intérprete y entre los balbuceos producidos por el alcohol, el hombre relató a los agentes que los tres llegaron hasta la zona donde los suramericanos celebraban el botellón y que los dos apuñalados se entremezclaron con los suramericanos y que ya de allí salieron heridos.
Polyevoi sólo pudo recorrer unos 150 metros, hasta desplomarse a la altura del número 32 de la calle de Monederos. El otro herido tomó una calle paralela, la de Jesús del Gran Poder. Cayó desplomado a la altura del número 38.
Fuentes policiales informaron de que se ha podido identificar a víctima y al herido "gracias a las declaraciones del ciudadano ruso" y a que, entre las pertenencias de la víctima, los agentes hallaron "un abono transporte con su nombre". Las mismas fuentes aseguraron que los tres hombres presentaban una "fortísima intoxicación etílica". "El ileso iba tan ebrio que se le ha tomado declaración a duras penas. Hemos esperado varias horas para hacerlo", señalaron mandos policiales.
Ayer por la mañana, los vecinos de la zona próxima al crimen, junto a la calle de Marcelo Usera, culpaban de los frecuentes disturbios en la zona a la existencia del restaurante boliviano, un antiguo salón de bodas en el que cada fin de semana se reúnen decenas de bolivianos para cenar y bailar hasta la madrugada. "Pueden juntarse hasta 300 personas", afirmó uno de los vecinos. "Salen del restaurante todos borrachos y luego amanecen dormidos por las aceras", explicó.
Ramiro Gutiérrez, gerente del restaurante, explicó ayer que Olexi Shuet pretendió penetrar en el local y que fueron sus porteros quienes le impidieron el paso porque ya estaban cerrando en ese momento. "Luego se cayó al suelo y avisamos al Samur", explicó el gerente.
El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, quiso lanzar un mensaje de tranquilidad a los madrileños, a través de los micrófonos de Radio Nacional de España. El delegado matizó a los oyentes de la emisora: "No es que a la gente se la mate en las calles de Madrid. Aunque esto no es una justificación, los crímenes que se están produciendo son fruto de ajustes de cuentas por temas de drogas protagonizado por ciudadanos de otros países", sentenció.
Cinco homicidios en seis días
La lista de homicidios de la capital ha sufrido un enorme incremento en los últimos meses. En sólo seis días se han registrado cinco víctimas mortales, la última de las cuales falleció en la madrugada de ayer en Usera. En lo que va de año, 89 personas han perdido la vida de forma violenta en la región, frente a las 58 del mismo periodo del año pasado.
La semana empezó el lunes con mucho trabajo para los agentes de Homicidios. Un hombre, Francisco Javier Ortega Cubells, de 44 años, fue detenido a las tres de la tarde en la calle de Lope de Vega, 32 (Centro), acusado de degollar y matar a puñaladas a su amigo Prudencio Guantes, de 46 años. El supuesto homicida le extorsionaba y le amenazaba con entregarle a la policía, ya que sobre el primero constaba una orden de búsqueda y captura.
Unas ocho horas más tarde, el distrito de Centro registraba su segundo homicidio. Un inmigrante argelino, Hambri Nassereldin, de 22 años, perecía apuñalado con un machete de grandes dimensiones. El fallecido se encontraba con otros amigos cuando intentaron atracar y robar el maletín a un inmigrante filipino, Renato Salázar Alindaros, de 51 años. Éste les arrebató el arma y acuchilló a la altura del tórax a Nassereldin. Otro compañero de éste resultó herido grave al recibir dos cuchilladas.
La tercera víctima se produjo la mañana del jueves, cuando el búlgaro Rosen Eugeniev, de 34 años, murió en la unidad de cuidados intensivos de la Concepción. Dos días antes, un magrebí, Kibari Bouazza, de 27 años, le asestó un golpe con una estaca cuando salía de un locutorio situado en la confluencia de las calles de Fuencarral y San Mateo. El supuesto agresor fue detenido gracias a que dos testigos le reconocieron cuando se dirigían a comisaría a testificar y le vieron por la calle.
Tres disparos en la cabeza acabaron el jueves por la tarde con la vida de un ciudadano colombiano de 38 años, a la altura del número 116 del paseo de Santa María de la Cabeza (Carabanchel). El fallecido salió con un cuñado de un bar cercano, cuando dos hombres que le estaban esperando les dispararon. Después le robaron el bolso de mano que llevaba y huyeron en una motocicleta que tenían aparcada en las inmediaciones.
En lo que va de octubre se han registrado seis homicidios, frente a los cuatro de septiembre. Julio sigue siendo el mes más sangriento, con 15 asesinatos en la región.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.