Sanidad quiere privatizar la gestión de más ambulatorios

El consejero de Sanidad de la Generalitat, Xavier Pomés, abrió ayer una nueva puerta a la polémica privatización de la gestión de los ambulatorios. Ante los 1.600 profesionales que asistieron a un congreso de Atención Primaria, el consejero apostó ayer por la implantación de "nuevas fórmulas de gestión" de los ambulatorios y planteó esta opción como un "revulsivo" para los facultativos que están desmotivados.

De los 345 equipos de atención primaria que hay en Cataluña, 76 ya han sido cedidos a entidades ajenas al Instituto Catalán de la Salud (ICS), ya sean consorcios, fundaciones privadas o entidades de base asociativa (EBA), integradas por profesionales que trabajan en el propio centro. El titular del Departamento de Sanidad considera que este proceso ha de continuar y así lo planteó ante los profesionales asistentes al tercer Congreso Interdisciplinario de la Atención Primaria. "Para el profesional sanitario, creo que es decisivo explorar nuevas fórmulas de gestión", dijo Pomés, quien aseguró, sin embargo, que la Generalitat "no obligará" a ningún equipo de atención primaria del Instituto Catalán de la Salud a cambiar su modelo de gestión público por uno privado.

La apuesta del consejero de Sanidad por la gestión privada de los ambulatorios ha desatado las críticas de usuarios, profesionales, sindicatos y partidos de izquierda, que consideran que este modelo desmorona los pilares sobre los que se sustenta la sanidad pública y fragmenta el sistema en microempresas que priman los intereses económicos sobre la calidad asistencial.

Pomés insistió ayer en que calificar su plan de privatización de la sanidad es "malintencionado" e "induce a la confusión". "En ningún momento esto ha de comprometer el compromiso que la sociedad tiene con una sanidad pública, universal y de calidad", dijo. El consejero agregó que la implantación de este modelo "no implicará la relajación" de la Administración, que se convertirá en un "paraguas" que coordine todas estas experiencias, que garantice que no sean "mal utilizadas ni desemboquen en una pérdida de la calidad asistencial" y que ejerza una tarea de evaluación constante para determinar si la experiencia es positiva.

Pomés dijo que Sanidad no tiene "la fórmula mágica" sobre el mejor modelo de gestión no público. Sin embargo, animó a los profesionales a "explorar" fórmulas que les permitan implicarse más en el sistema sanitario, ganar en autonomía y capacidad de decisión, desarrollar sus expectiativas profesionales y sentirse menos atados por la burocracia. El consejero de Sanidad argumentó que lograr estos objetivos aumentaría la satisfacción de los profesionales, lo que redundaría en una mayor calidad de la asistencia sanitaria.

Pomés aseguró asimismo que el Departamento de Sanidad será "receptivo" a las nuevas fórmulas de relación laboral que puedan plantear los profesionales y aseguró que estudiará la posibilidad de que los facultativos puedan acogerse a una "flexibilización contractual y de los patrones de trabajo" sin que ello les suponga "perder beneficios sociales y laborales ya obtenidos".