Martínez Mediero critica el control político que sufre el teatro español

El dramaturgo Manuel Martínez Mediero (Badajoz, 1939) presentó ayer sus Obras completas. Volumen X (Fundamentos), texto en el que se dan a conocer cuatro nuevas obras, El fantasma del Teatro Menacho, Los tentaderos de Dios, Esta noche cenamos con Antonio Gala y Rosas para Carolina, y tres guiones cortos, Lisístrata, El arte invisible y Abuelita.

"Me paso el día con la obsesión de plasmar la realidad política; el teatro está controlado por los poderes fácticos que intervienen sobre él con una gran dosis de inteligencia y el objetivo de controlar la cultura a niveles muy profundos y oscuros", señaló el dramaturgo, que también estuvo crítico con la cartelera teatral madrileña: "No deja espacio para nadie que le guste leer o que admire el verdadero teatro", y con el Centro Dramático Nacional, "que controla todo".

El crítico y ensayista José Monleón, autor de la introducción de este volumen, comentó que Martínez Mediero pertenece a una generación de autores muy mal estudiados: "Crecieron en la dictadura, de la que hicieron crítica, y cuando ésta desapareció se pensó, erróneamente, que estos dramaturgos no tenían razón de ser, algo absurdo ya que Martínez Mediero nunca hizo un teatro de circunstancias, sino un teatro con perspectiva crítica, como el que hoy escribe".

Por su parte, el periodista Miguel Bayón destacó que la obra del dramaturgo pacense es un ejemplo de teatro de respuesta inmediata: "El suyo no es un teatro de urgencia, sino de auténtica respuesta a lo que le molesta de la sociedad en la que vive".