La eterna losa de Isla Mágica
El parque temático sevillano presenta suspensión de pagos cuando registra sus mejores resultados económicos
Los números de la sexta temporada de Isla Mágica, el parque temático de Sevilla, han superado las previsiones más optimistas, pero la deuda financiera que arrastra el recinto desde su inauguración sigue siendo una losa imposible de levantar sin ayuda externa. El pasado viernes, el consejo de administración acordó suspender pagos como última medida para intentar reflotar el parque, inaugurado por el rey Juan Carlos el 28 de junio de 1997.
Isla Mágica, participada en un 72% por las cajas de ahorros sevillanas El Monte y Caja San Fernando y la malagueña Unicaja, debe casi 50 millones de euros: 15,5 al Instituto de Crédito Oficial (ICO), alrededor de 14,4 a los primeros accionistas y otros 15,5 millones correspondientes a un crédito sindicado por 17 entidades bancarias que están dispuestas a perdonarle deuda.
Los dirigentes del parque reconocen que su futuro pasa por la quita del crédito, una posibilidad que Isla Mágica lleva más de un año negociando con el ICO, pero a la que se resiste este organismo por la dificultad de justificar jurídicamente la condonación de una cantidad tan elevada a una empresa privada. Los responsables del parque ya venían avisando de que si el ICO no perdonaba al menos el 70% de la deuda financiera, la única opción era acogerse a la nueva Ley Concursal, que permite entrar en suspensión de pagos, reunir a la junta general de acreedores y negociar con cada uno de ellos, lo que da cobertura jurídica a la operación y podría garantizar la quita total de la deuda porque las entidades financieras que soportan más del 50% han llegado ya a un acuerdo con Isla Mágica.
Los trabajadores del parque han asumido la suspensión de pagos como la única salida a la posible quita de la deuda, pero advierten de que si el ICO no cede la temporada de 2004 será la última para Isla Mágica. Desde que se empezó a hablar de esta posibilidad, los trabajadores se han mostrado a favor de la suspensión de pagos, pero siempre que se esperara al final de la temporada para evitar que el daño que ocasiona esta medida a la imagen de la empresa afectara a la actividad del parque. De los alrededor de 600 empleados que tiene el recinto, apenas 40 son fijos. El resto trabaja sólo los meses de apertura de Isla Mágica con contratos discontinuos que se renuevan al principio de la temporada y caducan al final.
El concejal socialista Emilio Carrillo, que ocupó el cargo de presidente de Isla Mágica hasta el pasado viernes, buscó la intermediación del PP sevillano, entre cuyos dirigentes dijo haber encontrado una "sensibilidad absoluta". Sin embargo, la crispación política generada primero por la guerra de Irak y después por la campaña electoral paralizaron las negociaciones.
De momento, los planes de Isla Mágica pasan por cerrar sus puertas el próximo 2 de noviembre y volverlas a abrir el 2 de abril de 2004. En el parque temático sevillano nadie quiere hablar de cierre definitivo. Los accionistas mayoritarios, las cajas de ahorros El Monte, San Fernando y Unicaja, se han comprometido a mantener su apoyo al recinto hasta encontrar un comprador que garantice su continuidad. En las últimas semanas se habló de una posible negociación entre Isla Mágica y la empresa Mills Corporation, propietaria del centro comercial y de ocio Xanadú de Madrid, que estaría dispuesta a levantar un complejo similar en Sevilla en los terrenos que el parque temático usa como aparcamientos. Sin embargo, las negociaciones se han enfriado.
Algunas de las cifras ya cerradas constatan el éxito de la actual campaña: se han vendido 14.100 pases de temporada, el doble que el año pasado; el periodo medio de pago a proveedores rara vez supera ahora los 60 días, y la tesorería, que en 2001 cerró con déficit y el pasado año consiguió el equilibrio con mucha dificultad, tiene ya superávit.
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