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El disparo que mató a un porteador marroquí se produjo a una distancia de 98 metros

La Guardia Civil desplaza a Ceuta a 40 agentes antidisturbios para reforzar la vigilancia

Jorge A. Rodríguez

El disparo de un guardia civil que custodiaba la frontera de Ceuta y que mató anteayer a un porteador marroquí al otro lado de la verja se produjo "desde una distancia de 98 metros exactamente", según las mediciones efectuadas en la investigación interna abierta por el instituto armado. La distancia "avala aún más", según fuentes del cuerpo, la versión oficial de que el tiro fue "accidental" y fruto de un "resbalón", ya que "es muy difícil hacer blanco de forma intencionada con un arma corta con semejante separación". La Guardia Civil ha enviado a 40 antidisturbios para reforzar la frontera.

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La Guardia Civil ya tiene muy avanzada su investigación interna sobre el asunto y el expediente informativo abierto al agente autor del disparo, de 35 años. Los investigadores han efectuado una medición con un goniómetro de topógrafo, que certifica que el disparo se produjo "desde una distancia exacta de 98 metros". La versión oficial insiste en que se trató de un disparo fortuito, fruto de un resbalón mientras el agente -que acababa de hacer un disparo intimidatorio al aire- trataba de zafarse por un terreno muy escarpado y resbaladizo de uno de los habituales apedreamientos que se producen en la zona.

Las fuentes consultadas, entre ellas tiradores de precisión, han explicado que a esa distancia "es muy difícil acertar con un arma corta". De hecho, alegan que en las competiciones deportivas de tiro rápido en las que se utilizan armas de nueve milímetros parabellum (el arma reglamentaria del agente) se permiten 60 disparos a 25 metros de distancia "y las agrupaciones de disparo en el blanco no son especialmente frecuentes".

Los investigadores han recorrido la zona del incidente tanto ayer como hoy, con la colaboración de las autoridades policiales de Tetuán (Marruecos). El proceso judicial por este incidente corresponde abrirlo a la justicia del país vecino, ya que la muerte ocurrió en su lado de la valla. No obstante, el disparo se produjo en la orilla española, por lo que también se han abierto diligencias en Ceuta. En caso de que alguna de las dos partes pretenda recabar las pesquisas de la otra, tendrá que cursar una comisión rogatoria, según fuentes conocedoras del caso, que admiten que "no hay muchos precedentes".

España insistió ayer en que el incidente se produjo en "terreno neutral" y que el marroquí fallecido "todavía no había entrado en territorio español", según explicó Ángel Acebes, ministro del Interior. Aunque el parte oficial explica que todo fue un incidente de "inmigración ilegal", Acebes subrayó ayer que los magrebíes que recibieron a pedradas a los agentes que intentaron frenar su entrada "pretendían introducir mercancías para el mercado negro".

La Comandancia de Ceuta ya ha tomado declaración al agente J. G., quien también ha declarado en los juzgados ceutíes. El instituto armado insiste en que el guardia es "una persona templada, con un buen expediente y alejado de lo que se puede considerar un gatillo fácil". Hasta que no concluya la instrucción, no se decidirá si se adoptan medidas cautelares contra el autor del disparo, "aunque sí se le descargará de tareas que supongan tensión".

El enfrentamiento que costó la vida al porteador Mustafá Lahrach no ha provocado, de momento, ningún incidente relacionado en la zona fronteriza. No obstante, dos pelotones de los Grupos Rurales de Seguridad (GRS) de Sevilla fueron enviados ayer a Ceuta para reforzar un tercer pelotón, también de Sevilla, que el pasado día 10 de septiembre dio el relevo a otros GRS procedentes de Madrid, según fuentes del instituto armado.

El refuerzo se denomina Unidad Básica de Actuación (UBA) y previsiblemente permanecerá en la zona durante 28 días. Cuando acabe su cometido, será relevado por pelotones procedentes de Zaragoza, Pontevedra o Valencia. Todos estos grupos son especialistas antidisturbios y ya han rotado en misiones temporales por Ceuta y Melilla.

La frontera del Tarajal, único paso autorizado entre Ceuta y Marruecos, ya incrementó tras el verano los controles de seguridad para evitar el flujo de inmigrantes y de "probables delincuentes". El aumento de los filtros ha provocado protestas entre los comerciantes del polígono del Tarajal, punto habitual de compra-venta de los porteadores marroquíes, legales o irregulares.

Ayer mismo, la Asociación de Empresarios de Ceuta, ciudad que debe gran parte de su PIB al comercio transfronterizo, mostró su "indignación" por la muerte de Mustafá Lahrach, pidió una investigación "imparcial" del suceso y denunció "el deterioro constante" del comercio con el país vecino del sur. Pero, pese a todo, el trasiego de mercancías por tierra y por mar continuó ayer casi sin novedad.

Un porteador intenta pasar mercancía hacia Marruecos, ayer, por la playa de Benzú.
Un porteador intenta pasar mercancía hacia Marruecos, ayer, por la playa de Benzú.JOAQUÍN SÁNCHEZ

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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