Plagio en la Feria

Calixto Valenti no salía de su asombro esta mañana cuando un cliente se presentó en el expositor que ofrece sus productos en la Feria Internacional del Mueble de Valencia y exigió una rebaja con argumentos: "Acabo de ver esa cama aquí al lado pero a mitad de precio". El presidente de Varo Valenti, una centenaria firma catalana que fabrica muebles y lámparas, apenas tuvo que recorrer unos metros para tropezar con un exhibidor que ofrecía como propia la misma colección que el industrial presentó en la Feria de Valencia hace tres años.

Testigos presenciales aseguran que la primera reacción apuntaba a la trifulca. Pero no es la primera vez que Valenti topa con un plagio y ya conoce los procedimientos judiciales. Un par de palabras más altas que otras dieron paso a la inquisitiva visita de un notario que dio fe del calco elaborado por un fabricante valenciano.

"Hablamos mucho de las copias en China, pero deberíamos fijarnos más en los piratas que tenemos en casa", comentó Valenti horas después del incidente. El industrial asentado en Sant Pere de Ribes (Barcelona) confiesa que nunca había identificado un plagio de parte de un competidor nacional. Pero ha presentado, "y ganado", tres denuncias contra fabricantes extranjeros.

El último proceso, iniciado en Bruselas contra un industrial belga, tardó siete años en resolverse. "Pero una firma establecida en 1779 puede permitirse cierta paciencia", señala. Y, más allá de las bromas, contiene la indignación cuando recuerda que "un diseño es caro, un estudio es caro, y no hay derecho a que un desalmado se aproveche del trabajo que a otros les ha costado años". El caso que afrontó ayer en la Feria de Valencia el responsable de Varo Valenti, una firma que asienta su prestigio sobre el carácter exclusivo de sus productos, revela con toda su crudeza un problema cuyas proporciones empiezan a alarmar a los industriales de varios sectores manufactureros.

Antonio Almerich, fabricante de lámparas y muebles y presidente de la federación estatal de industriales de la iluminación, afirma haber identificado sus propios diseños de corte clásico en varias ocasiones, esencialmente en China. Almerich, cuya firma cumple 60 años, también asienta su prestigio sobre una marca exclusiva, pero confiesa que no tiene paciencia para arrastrar pleitos durante años pagando a abogados internacionales. "La única manera de combatir las copias es mantener la iniciativa", asegura Almerich.

El calco de los diseños en China adquiere carácter esperpéntico, según Almerich, que asegura que una empresa asentada vende sus catálogos en Extremo Oriente, con su foto incluida, a un precio de 200 dólares el ejemplar. "Puedes comprar catálogos de Almerich, de Mariner y de varios otros que se han elaborado a partir de impresiones en papel satinado de imágenes captadas a través de Internet", comenta el industrial.

El Instituto Valenciano para la Exportación presenta el próximo lunes un servicio para los industriales valencianos, Ivexmarca, para apoyar a los fabricantes interesados en registrar sus marcas o diseños de sus productos. El nuevo servicio institucional está especialmente dirigido a China, pero a tenor de las sorpresas que depara la Feria de Valencia tal vez debería ampliar su espectro.