Rosado responde a Sanz: Iteración
"In medio virtus". Aunque los que conocen al diputado del PP don José Luis Sanz saben que no sabe, precisamente, latín, la frase es sencilla y entendible. ¡Moderación y respeto, muchacho!, aconseja el aforismo. No acabo de entender cómo malgasta toda una tribuna de EL PAÍS Andalucía (Rosado, el PSOE y el Estatuto, del día 26 de septiembre) para golpear a un desconocido, como yo, que escribe un artículo con ideas, modestas y, por tanto, fácilmente rebatibles sobre tema tan respetable como la reforma del Estatuto andaluz. No contiene el suyo, en cambio, ninguna idea, solo una iteración de descalificaciones tan pringosas y cuarteleras como la de acusarme de pesebrista del PSOE. Y lo dice un ciudadano cuyo curriculo ocupa tres renglones (el mío, modestia aparte, tiene tres folios en el que hay de todo) y que carece de trayectoria profesional alguna. Ya es osadía.
Pero si ha escrito ese papel cumpliendo órdenes, retiro lo dicho y le pido disculpas porque sé lo duro que resulta a veces ejecutar ciertos recados. Aunque no le perdono que después de tanto tiempo de diputado cunero en Cádiz no se le haya pegado nada de la tierra. En todo caso, y para el futuro, agradecería una mejor respuesta, es decir, el silencio. Y ello porque, en primer lugar, artículos como ese me hacen sufrir y no tengo edad para sobresaltos, segundo, porque me sitúa en un plano que no me corresponde (al fin y al cabo llevo más de quince años fuera de la política y estas cosas desconciertan) y , por último, porque el matonismo verbal que practica asusta un poco y no tranquiliza a la larga ni a los propios.
Como no tengo mucha fe en el éxito de mis recomendaciones, la próxima vez que le vea gritaré como el Ministro Trillo a la atónita tropa salvadoreña: ¡Viva Honduras! No sé si me explico.
