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El jefe del Gobierno de Chechenia, hospitalizado por un posible envenenamiento

La república caucásica celebra el domingo unas elecciones tuteladas por Rusia

Pilar Bonet

La súbita y grave intoxicación de un dirigente de Chechenia propició ayer las informaciones sobre un supuesto envenenamiento e incrementó las tensiones en la república rebelde a una semana de los comicios que se celebrarán el 5 de octubre para elegir a un presidente de acuerdo con los planes de normalización iniciados por el Kremlin.

El ruso Anatoli Popov, que ejerce el cargo de jefe de Gobierno de Chechenia (el segundo dirigente local por orden de importancia) desde febrero pasado, se sintió mal el sábado por la noche después de participar en unos festejos dedicados a la inauguración de un gasoducto en el distrito de Gudermés. El ministro del Gobierno federal ruso encargado de Chechenia, Stanislav Iliassov, excluyó ayer la hipótesis de asesinato. Añadió, sin embargo, que era imprescindible esperar a las conclusiones de los médicos sobre la causa de la intoxicación.

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Popov estaba actuando como jefe de la administración en funciones, sustituyendo a Ajmad Kadírov, que acompañó al presidente de Rusia, Vladímir Putin, en su viaje a EE UU. Kadírov, un antiguo mufti, es el candidato favorito del Kremlin, que en las últimas semanas ha forzado a retirarse a los candidatos que podían haberle hecho alguna competencia. Las organizaciones de derechos humanos han denunciado las elecciones como una "farsa" y acusan a los servicios de seguridad de Kadírov de participar en secuestros y desapariciones.

Las informaciones sobre la gravedad de Popov y su posible traslado al hospital militar central en Moscú eran contradictorias anoche. Kadírov declaró a la emisora El Eco de Moscú que Popov no sería trasladado a la capital rusa porque se encontraba mejor, pero la agencia oficial Itar-Tass, citando fuentes militares en el distrito del norte del Cáucaso, informó a las 20.45 horas de Moscú (dos horas menos en Madrid) que un consejo médico había tomado la decisión de trasladarlo a Moscú. Las fuentes eran también contradictorias sobre el paradero de Popov, que, según unas, había sido llevado antes al hospital de Mozdok, la principal base militar del norte del Cáucaso, y según otras, a la base militar de Jankalá, en las inmediaciones de Grozni. Los médicos calificaban el estado del paciente como de "mediana gravedad" y habían confirmado que Popov había sido intoxicado por un "veneno de origen desconocido".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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