Perspicaz mirada sobre México

La relación apasionada de Ramón María Belausteguigoitia (Llodio, 1891-Madrid, 1981) con México arranca a partir de su matrimonio con una propietaria de tierras en aquel país. Ingeniero agrónomo de profesión, histórico jugador del Athletic de Bilbao y destacado militante del PNV, Belausteguigoitia combinó su interés por los asuntos agrarios con la afición por la literatura y la fascinación por el paisaje y la realidad mexicanos. Fue más tarde un antifranquista militante que publicó Euzkadi en llamas (1938) y colaboró en diversas publicaciones. También realizó incursiones en la narrativa, legándonos novelas como La sombra del mezquite; La gran aventura y La novela de un refugiado (1970). Seis años antes de su muerte veía la luz Naturaleza y espíritu: a través de México.

El alavés guía con su mirada perspicaz, por "un país rico y un pueblo pobre"

En México de cerca nos transmite reflexiones sobre el país que, tras la Revolución, inicia el camino de un nuevo régimen. A medio camino entre el ensayo y la descripción de viajes, mezcla anécdotas de su estancia y el análisis de la situación económica, social y política. En la década de los veinte realizó varias excursiones prolongadas por los Estados Unidos y México, recorriendo variados tipos de parajes y climas, desde los desiertos, con sus ranchos e inmensos predios, hasta las tierras tropicales, pasando por la capital. Visitó haciendas en Durango o Veracruz, atravesó a caballo la Sierra Madre y ascendió en barca por el río Jaltepec.

Belausteguigoitia deja sentada en el libro su intención de comentar la realidad mexicana y de alejarse de las descripciones "legendarias". Se impone distinguir la ficción y el mito de la realidad. Ya en las primeras páginas quedan planteados los puntos de análisis. Empieza por destacar el contraste existente entre México y su vecino del norte, entre la pobreza y la riqueza, entre el subdesarrollo y el desarrollo, entre el atraso y el adelanto técnico, entre los braceros -los espaldas mojadas- que se dejan la vida al intentar pasar la frontera y la fácil penetración del capital y de los productos gringos en el país del sur.

Aborda en México de cerca asuntos diversos: desde el problema religioso hasta las relaciones con el vecino poderoso, pasando por "el indianismo" y los problemas de institucionalización del país. El hecho de mezclar la descripción del árido paisaje entre la frontera y la capital con reflexiones sobre el pasado del país indica su intención de analizar los problemas en su evolución histórica. Ofrece un panorama completo de su visión del México revolucionario y, en ocasiones, proporciona un agudo análisis de las cuestiones conflictivas, como el desarrollo económico.

La originalidad de su relato reside en la conciencia de la existencia de un problema que impide el crecimiento económico y el desarrollo: "La falta de mercado o la falta de población si se quiere, que hace si no imposible, tan difícil todo esfuerzo en favor de una gran producción". Esta idea, presente en varios de los dieciséis capítulos, supone un cambio de óptica en relación con la tradición de los relatos de viajeros decimonónicos, los cuales explicaban el estado de atraso por la violencia política y por el supuesto carácter apático del indígena.

Cuando a finales de 1925 contemplaba México desde su arrebatada frontera norte, al otro lado del Río Grande, descubrió ante sí "una llanura árida y gris, recortada por lejanas montañas, donde la Naturaleza parecía haber negado todos sus recursos".

El alavés nos guía con su tersa mirada, cálida y perspicaz, por "un país rico y un pueblo pobre". Se trata de un relato salpimentado de impresiones coloristas. Comenta la mezcla de razas, cómo vivía el indio y el anhelo de las masas campesinas.