Fuenteovejuna ecológica ante un futuro polvoriento

Los Ayuntamientos de Nuevo Baztán, Ambite, Pezuela de las Torres, Villar del Olmo y Olmeda de las Fuentes, en el vértice suroriental de la Comunidad de Madrid, rechazan mancomunadamente el proyecto de apertura de unas canteras a cielo abierto para extraer, al menos, 1,5 millones de toneladas anuales de caliza en predios rústicos situados en sus términos municipales. Así lo hacen saber sus consistorios, regidos por ediles o coaliciones de todo el arco ideológico e independientes, en las alegaciones presentadas dentro del exiguo plazo de información pública, del 4 de agosto al 10 de septiembre, ante la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.

Los municipios temen que la cantera imponga un tránsito de entre 800 y 1.000 camiones por día, que consideran insoportable para su débil red viaria; ven amenazados los manantiales de los que se abastecen Olmeda y Ambite y, sobre todo, muestran desasosiego y preocupación por lo que consideran un cambio forzado -e indeseado- de las pautas de vida rural que han observado durante siglos; temen verlas oscurecidas por un futuro polvoriento dañino para sus grandes espacios abiertos, ricos en vegetación centenaria -en Ambite se halla la encina de más edad de España, según Ecologistas en Acción-; además, ven peligrar su riqueza cinegética y su fauna autóctona -águilas perdiceras de gran rareza anidan en el área-y, por encima de todo, observan cómo planean sombras alargadas sobre la personalidad paisajística de la comarca, una de las de mayor belleza y serenidad de la Comunidad de Madrid.

La empresa que planea abrir la cantera extraerá calizas para fabricar hormigones y zahorras destinadas a la construccción. Justifica su proyecto en "la necesidad de que Madrid disponga de un yacimiento de tal riqueza, porque la región consume 40.000 toneladas de caliza al año y sólo genera 33.000, con lo que las 7.000 restantes ya están circulando por la región procedentes de otras provincias", en palabras de Federico Bernabéu, director de Aripresa, la sociedad de áridos concernida en el proyecto. "Vamos a poner todos los medios para que el medio ambiente no se resienta", agrega Bernabéu.

El proyecto impugnado por los cinco municipios arranca de un estudio de la sociedad Calcen, SL, que, tras obtener un permiso de investigación, detectó en 1999 yacimientos de caliza de gran riqueza en el subsuelo de un amplio perímetro del área intermunicipal. El filón se abarca desde Campo Real -donde ya funcionan quince canteras- hasta Valdilecha. Y eligió un área comprendida entre los municipios para establecer la explotación de caliza a cielo abierto en un ámbito de 104 cuadrículas de extensión, divididas en tres zonas, denominadas fases, para extraer durante un plazo de 90 años hasta dos millones de toneladas anuales de productos vendibles de calizas.

Áridos y Premezclados, Aripresa, del Grupo Portland, adquirió la titularidad minera de siete de las cuadrículas investigadas por Calcen, SL, y suscribió un contrato de arrendamiento, por 90 años, con Óscar Rivera, propietario de esa porción de tierras. En esta subzona arrendada, de 210 hectáreas de extensión, planea instalar una planta de dos hectáreas para el procesado de 1,5 millones de toneladas anuales de caliza, que durante nueve décadas extraería a cielo abierto de 159 hectáreas, "desde cota cero hasta una profundidad no superior a los 36 metros", explica el ingeniero Francisco Velasco. Y ello mediante una perforación de tres escalonamientos. "Tras su explotación crearemos una rampa reforestada que devolverá al terreno su fisonomía primitiva", asegura Bernabéu. Ello, siempre y cuando obtenga una resolución de impacto ambiental favorable que le autorice abrir la cantera, cuya andadura podría comenzar, calcula, en unos tres años.

"Esos volúmenes son demoledores por su impacto ecológico sobre nosotros", argumenta Andrés Couso, alcalde de Olmeda de las Fuentes. "Tal cantidad de caliza implicaría casi mil camiones diarios y no tenemos carreteras ni infraestructuras para soportar ese tráfico, pese a la variante en construcción para evitar el centro de Olmeda. Nuestro modo de vida va a saltar hecho añicos", se lamenta el edil, cuyo municipio cuenta con poco más de doscientos habitantes. Para Javier Ruiz, edil del PP de la localidad de Ambite, con 340 habitantes, "las canteras pueden acabar con el tesoro de nuestro pueblo", anuncia. Se refiere a un enorme manantial que corona este bellísimo pueblo madrileño que vive de la agricultura. "El empleo de dinamita, entre tres y cuatro veces cada mes, es frecuente en las canteras de ese tipo y el manantial aflora casi a ras del suelo, dada la disposición del terreno; corremos el riesgo de quedarnos sin el manantial del que vivimos y cuya agua no tenemos ni que bombear", se queja Javier Ruiz.

Por su parte, Francisco Velasco, ingeniero de Minas de Aripresa, señala: "La capa freática del acuífero se halla a 90 metros de profundidad y sólo perforaríamos hasta 36 metros". Couso subraya a su vez: "Ambite y Olmeda somos los únicos municipios de esta zona de la Comunidad de Madrid que no pertenecemos al Canal de Isabel II, ya que tenemos recursos propios: nuestros vecinos pagan facturas de agua ínfimas respecto a los de los municipios del Canal", subraya.

Un par de pancartas con el lema No a las canteras. Ayuntamiento de Olmeda de las Fuentes, jalonan la entrada y a la salida de este pueblo del sur, asiento hace décadas de un grupo de intelectuales, como los pintores López Ochoa, Vela-Zanetti, Eugenio Granell o los escritores Enrique Azcoaga, y hoy Álvaro Delgado-Gal, así como el director del Círculo de Bellas Artes de Madrid, César Antonio Molina. Ambos condenan el proyecto de cantera: "La red viaria afectada, que incluye la de la enorme urbanización en Eurovillas, no podrá absorber esa cantidad de camiones y se arrasará una de las reservas paisajísticas más bellas de la Comunidad, colmatada ya por graveras, canteras y residuos sin control", se lamentan.