"La precariedad en el empleo es una pérdida de capital humano"

La OCDE ha iniciado una rectificacion de la política neoliberal defendida hasta la fecha, que en materia laboral podría resumirse en que la flexibilidad es la mejor condición para crear empleo. El informe Perspectivas del empleo, difundido esta semana, advierte de que si sigue disminuyendo el número de personas que trabajan, o simplemente se mantiene constante la tasa de personas con empleo, dentro de 30 años se llegará a situaciones disparatadas. En la elaboración de este informe ha jugado un papel esencial el jefe de la división de Empleo de la OCDE, Raymond Torres, de 43 años, el español de más alto rango entre los economistas de una organización que agrupa a los 30 países más industrializados. Torres concreta en esta entrevista las principales reflexiones suscitadas por el estudio en relación con España.

Pregunta. A la vista del informe publicado por la OCDE, ¿cuáles son las reformas más urgentes que necesita el mercado laboral español?

Respuesta. Aparte del desempleo, España se diferencia de otros países, sobre todo del entorno comunitario, en dos aspectos: primero, porque trabajan fuera de casa muchas menos mujeres, lo hace el 45% de la población femenina, 10 puntos por debajo del conjunto de la UE. También por el empleo de los mayores: en España trabaja el 39% de los que tienen entre 55 y 64 años de edad, dos puntos por debajo de la media comunitaria y diez puntos menos que la media de la OCDE.

P. ¿Por qué estas diferencias tan acusadas?

R. En el caso de las mujeres, el informe hace hincapié en favorecer su acceso al empleo. Se ha observado empíricamente que disponer de guarderías para hijos pequeños o trabajar a tiempo parcial ayuda a la inserción en el mercado laboral. Por ejemplo, en Holanda trabaja el 65% de las mujeres, veinte puntos más que en España. Y más de la mitad de las mujeres que trabajan en Holanda lo hacen a tiempo parcial. En el caso de los mayores de 50 años, se ha usado la prejubilación para expulsarles del mercado laboral. Ahora se intenta reformar con la jubilación flexible, que representa un paso positivo.

P. España es, además, el país con más empleo precario de los 30 que componen la OCDE. ¿Hasta qué punto se puede confiar en un crecimiento económico duradero con provisionalidad laboral?

R. Reducir la alta tasa de temporalidad es uno de los retos más complejos para la economía española. En muchos casos la temporalidad representa un trastorno para los asalariados y sus familias. Además, significa una pérdida de capital humano para la empresa: a mayor inestabilidad en el empleo, menores posibilidades de generar experiencia laboral y productividad.

P. Se percibe un intento de la OCDE para forzar la rectificación de las políticas laborales neoliberales. ¿Han visto las orejas al lobo del envejecimiento de la población?

R. Dentro de 30 años, el 47% de la población tendrá 65 o más años en el conjunto de los 30 países de la OCDE. Todo parece indicar que en el caso de España será aún más.

P. Pero estas proyecciones no tienen en cuenta inmigraciones, ni el impacto de políticas para rejuvenecer la población con el apoyo a la natalidad...

R. Tampoco tienen en cuenta la movilización por la que nosotros abogamos a favor de los que podrían trabajar. Ahora trabaja aproximadamente el 60% de la población española (cinco puntos menos que la media de la OCDE). Si esa tasa se mantuviera constante se producirá una relación disparatada entre población activa y proporción de personas dependientes, mayores de 65 años. Si no se hace nada, el crecimiento de la economía española quedará gravemente dañado. La OCDE aconseja actuar.

P. ¿Con qué objetivos?

R. Si en vez del 60% de la población activa que tenemos ahora lográramos pasar al 70%, gracias a la movilización de empleo que preconizamos, España se ahorrará muchos problemas.

P. ¿Cómo hacerlo?

R. Lo primero es valorar el trabajo. De ese 40% de la población que podría trabajar y no lo hace, valorar la renta que percibirían si trabajaran es fundamental. Los países nórdicos subsidian los bajos salarios, los Estados Unidos lo hacen desde hace muchísimo tiempo; se puede complementar el salario con una ayuda pública durante cierto tiempo, como acaba de decidir Francia.