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Líderes de Washington visitan Cuba pese a la condena de disidentes

El senador republicano Norman Coleman se reúne hoy con Castro en La Habana

Mientras la Unión Europea endurece su política hacia Cuba tras el encarcelamiento de 75 disidentes el pasado abril, cada vez son más los políticos y empresarios de Estados Unidos que desembarcan en La Habana para recuperar terreno aprovechando las grietas del embargo. El último es el senador republicano Norman Coleman, jefe de la Subcomisión de Relaciones Exteriores del Senado para el Hemisferio Occidental, que se entrevistará hoy con Fidel Castro en la capital cubana.

Pese a la beligerancia de la Administración de George Bush contra el Gobierno de Castro, cada vez son mayores los espacios logrados dentro de Estados Unidos por los partidarios (empresarios, académicos, turoperadores, demócratas o republicanos) de normalizar las relaciones con Cuba. Muestra de ello es la visita de Coleman, uno de los muchos políticos republicanos que están a favor de la flexibilización del embargo. El senador se ha reunido ya con varios dirigentes cubanos, además de sostener encuentros por separado con los disidentes Oswaldo Payá y Elizardo Sánchez.

Su visita se produce sólo unos días después de que una delegación del Estado de Montana, encabezada por el senador demócrata Max Baucus y el congresista republicano Dennis Rehberg, viajara a Cuba al frente de un grupo de empresarios, del que formaba parte también el presidente de la Asociación de Turoperadores de EE UU, Robert Whitley. Durante ese viaje se firmaron acuerdos para vender alimentos norteamericanos por valor de 10 millones de dólares.

En esa misma línea, la Cámara de Representantes recientemente aprobó, por 227 votos a favor y 188 en contra, una iniciativa para autorizar los viajes de los norteamericanos a la isla. Según el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, todo ello forma parte de una "corriente mayoritaria" e "imparable" dentro de Estados Unidos por la normalización de las relaciones con Cuba.

Pese al discurso guerrero de Washington contra Castro, ha sido con Bush en la Casa Blanca cuando se han producido dos hechos históricos en las relaciones migratorias de ambos países. El viernes, por primera vez en cuatro décadas, un cubano que secuestró en abril un avión de pasajeros para llegar a Miami fue condenado a 20 años de cárcel por un tribunal de Florida. Hace un par de meses, EE UU deportó, por primera vez en 40 años, a un grupo de 12 cubanos que habían secuestrado una embarcación en Camagüey. Desde hace años Cuba reclamaba a EE UU medidas contra la piratería.

Intereses económicos

"Cualquiera que no vea que EE UU distingue perfectamente la política de sus intereses y negocios está ciego", señala un diplomático europeo en La Habana. A su juicio, Washington ve con buenos ojos el endurecimiento de la política de la UE hacia Cuba tras el encarcelamiento de 75 disidentes.

Hace una semana, el presidente de la corporación cubana Alimport, Pedro Álvarez, dijo que en ocho meses su país ha comprado a empresas estadounidenses alimentos por más de 200 millones de dólares (una cuarta parte de lo que Cuba dedica anualmente a importar estos productos). Mientras Cuba ha cerrado el Centro Cultural Español y rechaza el dinero procedente de los países de la UE, 15 universidades norteamericanas acaban de firmar acuerdos con Cuba.

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