El juez imputa a dos técnicos de Repsol por un vertido de petróleo en Tarragona

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Tarragona ha citado a declarar en calidad de imputados a dos técnicos de la empresa petrolera Repsol por el vertido de unos 700 litros de crudo que llegó a las playas de la Costa Dorada en julio de 2001 y que levantó duras críticas de los ayuntamientos y del sector turístico de la zona.

La empresa petrolera sostiene que el vertido fue ocasionado por el petrolero de bandera liberiana Tromso Trust después de haber descargado el crudo en la monoboya de Repsol y no durante el proceso de trasvase de crudo a las instalaciones de la refinería. Por ello, precisa Repsol, la responsabilidad del incidente es exclusivamente del barco.

Las declaraciones de los dos empleados de Repsol son las primeras que se prestan en el juzgado por el caso. Se trata del técnico encargado de subir al buque y dirigir la maniobra de descarga desde la nave y del que se sitúa en tierra y supervisa la operación. La primera declaración de los dos técnicos la hicieron en calidad de testigos aunque, a petición de los ayuntamientos de Vila-seca, Salou y Cambrils, personados en la causa, las siguientes las han realizado ya en calidad de imputados por su posible responsabilidad en los hechos.

Mala maniobra

El gabinete de comunicación de Repsol reiteró ayer que la empresa no tenía responsabilidad alguna en el caso e insistió en la teoría de que la culpa del vertido fue solamente del capitán de la embarcación. Repsol añadió que el vertido se produjo por una mala maniobra en el momento en que el buque se disponía a cargar de agua los tanques vacíos para lastrarlos. Esta versión, según la empresa, coincide con la que en el momento del vertido realizó la Capitanía Marítima, que entonces procedió a paralizar la marcha del barco, al que hizo responsable del caso y del pago de una multa de 300.500 euros.

La empresa Repsol, además, recuerda que fue ella la que dio la voz de alerta del vertido y que los gastos de limpieza del crudo vertido en las playas de Vilsa-seca, Salou y Cambrils les supusieron un desembolso de un total de 254.000 euros, por lo que no descarta personarse como acusación particular en el caso.

El vertido al mar, muy cerca de la costa, de alrededor de 700 litros de petróleo se produjo el 26 de julio de 2001, en plena temporada turística y en una de las zonas costeras más concurridas por los veraneantes. El crudo manchó las playas de aquella área de la Costa Dorada, algunas de las cuales tuvieron que prohibir el baño durante varios días. El Ministerio de Fomento se ha personado asimismo en la causa en representación del Estado.