"No estamos dispuestos a aceptar interferencias iraníes"
Sobrino del asesinado ayatolá Mohamed Baqer al Hakim e hijo de Abdulaziz al Hakim, miembro del Gobierno provisional iraquí, Sayed Mohsen al Hakim, representante en Irán del iraquí Consejo Supremo para la Revolución Islámica (CSRI), sostiene que no es posible trasladar a Irak la teocracia existente en Irán. "En Irak no puede existir un Gobierno secular porque somos un país islámico, y la Constitución debe estar de acuerdo con el islam. Pero eso no significa que la religión deba estar sobre la política. La experiencia iraní nos ha permitido conocer sus errores", afirma.
"Irán", añade, "nos ayuda de diferentes formas: ha sido el primer país en reconocer al Gobierno provisional iraquí y en abrir su sede diplomática en Bagdad. Nos ofrece electricidad para paliar las graves carencias iraquíes. Envía peregrinos y, a través de las firmes relaciones entre los dos países, coopera en nuestra seguridad. Pero esto no significa que Irán tenga la llave de la seguridad de Irak, ni que nosotros estemos dispuestos a aceptar interferencias iraníes en nuestros asuntos internos".
"Irak es islámico, pero eso no significa que la religión deba estar sobre la política"
Según Mohsen al Hakim, "la pacificación y la seguridad de Irak sólo puede provenir del interior del país". "Los iraquíes somos capaces de pacificar el país con nuestras propias fuerzas", subraya, para hacer hincapié en que las tropas extranjeras deben irse "cuanto antes, hoy mismo". Sin embargo, se manifiesta dispuesto a aceptar la ayuda militar de Estados Unidos y otros países siempre que sea "en cooperación con las fuerzas iraquíes y bajo la supervisión de Naciones Unidas".
Para este civil de 30 años que, tras la caída del régimen de Sadam, supervisó la vuelta a Irak de las milicias del CSRI y ahora se encarga de la repatriación de los más de 200.000 iraquíes que aún siguen viviendo en Irán, el asesinato de Baqer al Hakim "tuvo más carácter político que religioso". Destaca que Baqer al Hakim, además de ayatolá, "era el principal líder político" iraquí. "No existe ningún otro ayatolá en Irak que tenga su perfil y pueda suplantarle, los restantes son sólo líderes religiosos de la comunidad chíi". Muerto junto con otras 82 personas en un atentado con coche bomba, perpetrado en agosto pasado a la salida de la oración de los viernes en la principal mezquita de Nayaf, Baqer al Hakim luchaba sobre todo por "la independencia, la soberanía, el fin de la ocupación y la recuperación de los derechos humanos y civiles de todos los iraquíes".
"No pensamos", añade, "que Estados Unidos ordenara su muerte, pero es evidente que ésta ayuda a los intereses de Washington en Irak, ya que su influencia era enorme, y su popularidad, imbatible". Sayed Mohsen apunta a "elementos baazistas del entorno de Sadam Husein o a extremistas suníes cercanos a Al Qaeda" como autores del atentado, pero señala que "Estados Unidos es responsable del asesinato".
Según Sayed Mohsen, el actual Consejo o Gobierno provisional que dirige Irak bajo el mando de EE UU, aunque no ha sido elegido por el pueblo, reúne las condiciones que exigía el desaparecido Al Hakim, y "satisface en un 80% las esperanzas de los iraquíes". Lo más importante de este Gobierno es que representa a las distintas etnias -kurdos, árabes, turcomanos- que componen Irak y a sus principales creencias, chiíes, suníes y cristianos. "Esta alta representatividad es", destaca, "lo que más le diferencia de Irán".
Sayed Mohsen al Hakim señala que urge restablecer la seguridad en Irak para celebrar elecciones lo antes posible. Considera que la mayor amenaza para el futuro de su país proviene aún de "residuos baazistas, de organizaciones terroristas del antiguo régimen, de las tropas de ocupación que impiden a los iraquíes controlar su país y de algunos países de la región interesados en la desestabilización de Irak".
Una larguísima banda negra con inscripciones en dorado del Corán y los dibujos de las mezquitas de Kerbala y Nayaf, las dos ciudades santas de los chiíes, colocada en la fachada de la sede del CSRI, situada en el centro de Teherán, recuerda al ayatolá muerto. Aunque Sayed Mohsen al Hakim parece entender el inglés, la entrevista se desarrolla a través de un intérprete y en el más estricto protocolo chií, sin estrecharse la mano como saludo ni como despedida. Concluida ésta, el entrevistado lanza la pregunta que le bailaba en los labios desde el principio: "¿Le parece bien que haya tropas españolas en Irak?".
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