Hamás recibe la mitad de su presupuesto de Arabia Saudí pese a la presión de EE UU
El Gobierno de Riad niega toda implicación y dice que prohibirá las donaciones anónimas
Hace casi un año, Khalid Mishaal, un veterano líder de Hamás, la organización palestina, asistió en Riad a una conferencia organizada por asociaciones caritativas para recaudar fondos y mantuvo una larga conversación con el príncipe de la Corona, Abdullah, el hombre que, de facto, decide en Arabia Saudí. Según un informe escrito por un miembro de Hamás, en la reunión, Mishaal agradeció a sus huéspedes saudíes "continuar enviando ayuda a la gente a través de medios civiles y populares, a pesar de la presión que ejercen sobre ellos EE UU".
"Ésta es, realmente, una postura valiente que merece ser apreciada", el miembro de Hamás escribió en el documento. Hoy, Mishaal, que figura en una lista del Departamento del Tesoro de EE UU como terrorista financiero, controla un ala de Hamás que aboga por la violenta confrontación con Israel, incluyendo ataques suicidas. Como las relaciones entre israelíes y palestinos continúan deteriorándose, los saudíes se han situado en el punto de mira. Miembros de la Administración de Bush han mostrado reiteradamente su preocupación sobre la financiación que le llega a Hamás de los líderes saudíes.
Al menos el 50% del presupuesto de Hamás, de alrededor de 10 millones de dólares anual, llega desde Arabia Saudí. Estos alrededor de cinco millones de dólares suponen una significativa suma para Hamás, pero son tan sólo una mínima porción de los cientos de millones de dólares que mueven las asociaciones caritativas cada año. Casi todas las donaciones se entregan en metálico, lo que complica seguir el rastro del dinero, tanto a las autoridades saudíes como a las de EE UU.
"Es una acusación ridícula: ningún dinero del Gobierno saudí va a Hamás, directa o indirectamente", dijo tajante Adel al-Jubeir, el consejero de asuntos Exteriores del príncipe Abdullah. "¿En qué cabeza cabe que no parásemos este tipo de financiación?". "¿En qué cabeza cabe que nuestro príncipe de la Corona diga que no queremos apoyar a Hamás y luego permita que la gente lo haga bajo
cuerda?".
Funcionarios saudíes afirman que el apoyo de su Gobierno a la causa palestina abarca sólo hasta la Autoridad Palestina, porque es "la única representativa del pueblo palestino", y fluctúa entre los 80 y 100 millones de dólares anuales. El príncipe Saud al-Faisal, ministro de Asuntos Exteriores saudí, ha negado que su Gobierno haya apoyado financieramente a Hamás o a asociaciones de caridad que sirvan de vehículo para llegar hasta Hamás.
El documento que narra la visita de Mishaal con los saudíes, en octubre de 2002, fue tomado por el Ejército israelí durante una redada en Gaza el pasado diciembre, y una copia fue entregada recientemente a The New York Times. El texto estaba escrito en árabe con el matasellos de Hamás y fue traducido al inglés por militares israelíes. Expertos jurídicos americanos que revisaron el texto no discuten su autenticidad. Un funcionario saudí al que se le entregó el documento dijo que no probaba que el Gobierno saudí haya apoyado a Hamás, y criticó con dureza su contenido, calificándolo de una distorsión interesada de los hechos. "Este documento es basura", afirmó rotundo. "Si el propósito del documento es demostrar una vinculación financiera saudí con Hamás, fracasa miserablemente. No hay nada de nada".
Los funcionarios saudíes saben que ciudadanos ricos han efectuado considerables donaciones de dinero en efectivo a Hamás. Pero añadieron que su Gobierno está trabajando para cortar tales contribuciones. Los líderes saudíes, que se enfrentan a una creciente presión estadounidense, alegan que han hecho mucho para cortar el flujo de donaciones a asociaciones caritativas vinculadas con Hamás. Han prohibido a las asociaciones saudíes que envíen dinero fuera del país, y han prohibido también que particulares realicen transferencias. En el documento de Hamás, previo a la guerra de Irak, se concluía que "es evidente que EE UU ha sucumbido al lobby sionista. Ellos esperan que el ataque a Irak sea sólo un primer paso, que después derivará en implicaciones para todos, especialmente para Arabia Saudí".
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