Radioterapia con intensidad modulada para ajustar la dosis de radiación a la morfología del tumor
La Clínica Universitaria de Navarra (CUN) ha aplicado con éxito desde el pasado mes de enero, y de forma rutinaria, a una treintena de pacientes la técnica de radioterapia con intensidad modulada, que permite ajustar la dosis de radiación a la morfología del tumor canceroso. Responsables del servicio de oncología radioterápica del centro universitario han destacado los resultados satisfactorios de una terapia que mejora la calidad de vida de los pacientes al disminuir su toxicidad.
A diferencia de las técnicas convencionales, que aplican la misma intensidad en todos los puntos, esta técnica diseña figuras de distribución de dosis no homogéneas, irregulares según las características del tumor, lo que permite que la radiación pueda excluir el tejido sano circundante. Ello es posible mediante la incorporación al proceso de aceleradores lineales de multiláminas y un complejo sistema informático que conforman de forma tridimensional la dosis de radiación adaptándola a la morfología del cáncer.
La clínica navarra, que inició experimentalmente este tratamiento en 2000, comenzó a utilizarlo rutinariamente el pasado mes de enero con pacientes que padecían tumores pélvicos y abdominales, debido a la facilidad de inmovilización que presentan. Se han tratado tumores rectales, de próstata recidivados, cerebrales e incluso de mama. Un ejemplo de sus ventajas lo ofrece el tratamiento convencional de los tumores de pelvis. "Habitualmente la radiación convencional dañaba también el intestino o la vejiga, provocando diarreas, estreñimiento o infecciones urinarias", indica Marta Moreno, del servicio de oncología radioterápica. "El nuevo procedimiento evita todas esas afecciones derivadas".
La mayor complejidad del procedimiento, resalta Rafael Martínez Monge, director del servicio, hace que el tiempo requerido para cada tratamiento sea mayor que en una radiación convencional, necesitándose entre 45 y 60 minutos por paciente. Otros dos centros sanitarios españoles de Madrid y Barcelona aplican esta técnica.
