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El fiscal pide que se procese a la dirección de la rama juvenil de ETA

Le acusa de organizar la violencia callejera

El fiscal de la Audiencia Nacional Enrique Molina ha solicitado el procesamiento por delito de integración en banda terrorista de 21 integrantes de la dirección de Segi, la rama juvenil del entorno de ETA, continuadora de las organizaciones Jarrai y Haika, que organizaba la violencia callejera en Euskadi. Doce de los dirigentes se encuentran en prisión desde marzo de 2002, dos están en libertad bajo fianza y el resto se halla en paradero desconocido.

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El fiscal señala en su escrito que "la necesidad de ETA de movilizar el sector más joven de la sociedad vasca en desarrollo de su proyecto político de carácter terrorista llevó a la creación de Jarrai en el seno de KAS [Koordinadora Abertzale Sozialista]. La inserción de Jarrai en KAS se incluyó en la ponencia KAS Bloque dirigente, que expresamente configuraba a Jarrai como la organización revolucionaria de KAS para el movimiento juvenil".

Precisamente, dice el fiscal, "por su integración en KAS, la organización juvenil Jarrai desde su nacimiento se constituyó en un instrumento de ETA, lo que se concretó en su dependencia política y organizativa, financiera y en su caracterización como cantera de militantes para el 'frente armado' de la organización terrorista".

Jarrai, y luego Haika y Segi, no son organizaciones juveniles como otras cualquiera, que es como se presentaban públicamente ante las instituciones del Estado sino que, según el fiscal se configuraban como "vanguardia delegada" de ETA en el sector juvenil. Con tal propósito debían encuadrar y movilizar a los jóvenes hacia los objetivos y estrategia de la banda; instrumentalizaban a la juventud vasca a la que trasladaba el proyecto de ETA; aportaban a la dirección política de la organización terrorista su análisis de coyuntura en el área de su responsabilidad, y tenían encomendada la tarea de aportar cuadros y militantes a las organizaciones de KAS. Así, seleccionaban en su estructura a los militantes más cualificados políticamente y capaces del mayor compromiso personal para ocupar niveles de mayor responsabilidad en las estructuras de ETA.

En el escrito en el que solicita el procesamiento, el fiscal Molina señala que Jarrai -como luego Haika y Segi- "participaba de los objetivos tácticos y estratégicos de ETA, que se centran en la consecución de un 'Estado socialista, vasco, independiente, reunificado y euskaldún".

Estructura coordinada

En abril de 2000, en un acto desarrollado en la localidad de Cambo Les Bains (Francia), se hizo pública la constitución de una nueva organización denominada Haika, resultado de la fusión de Jarrai y su equivalente en Francia, Gazteriak. Pero en mayo de 2001, Garzón decretó la suspensión de las actividades de Jarrai-Haika, "por ser una estructura coordinada por ETA a través de Ekin para la consecución de los objetivos de la organización terrorista".

A partir de ese momento, parte de los militantes que no habían sido imputados en el sumario tramitado por Garzón decidieron reconstituir Haika, manteniendo su estructura organizativa pero adoptando el nombre de Segi. Los dirigentes se refugiaron en determinadas herriko tabernas, centros controlados por los comités locales de Batasuna, que pasaron a constituirse como sedes alternativas para las actividades de dirección de Segi junto con los gaztetxeak, locales ocupados o cedidos en los que se instalaban centros de actividades juveniles, controlados por Segi.

Segi, según el fiscal, desde su constitución ha organizado y controlado los actos de kale borroka o violencia callejera. También ha desarrollado una campaña coactiva contra lo que denomina "el fascismo español" y que consiste en la distribución de carteles de contenido amenazante contra las autoridades, cargos públicos y ciudadanos, que evidencian el desarrollo de las actividades de Segi para el "señalamiento", justificación de los actos criminales del "frente armado" de la organización a la que pertenecen y el desarrollo de las acciones de "violencia callejera".

El fiscal asegura que Segi realizaba actos de violencia callejera de acuerdo con el diseño estratégico del frente armado de ETA, "como complemento a las acciones armadas del mismo". El aumento o disminución de la intensidad de esas acciones era controlado por ETA a través de Ekin.

Las personas para las que se ha pedido el procesamiento son Xabier Abasolo Osinaga, Gorka Betolaza Villagrasa, Aiboa Casares Echebarria, Ainara Frade Bilbao, Iker Frade Bilbao, Xabier Gogenola Gotilla, Unai González Azúa, Asier Iñigo Eguizurain, David Lizarralde Palacios, Arkaitz Martínez de Albéniz López de Subijana, Asier Ochoa de Retana Simón y Aitziber Pérez Blanco, todos en prisión desde el 11 de marzo de 2002; Oier Oa Pujol y Jon Markel Ormazábal Gaztañaga, en libertad bajo fianza de 20.000 euros; Eneko Aizpuru Giraldo, Aitor Elizaran Aguilar, Garikoitz Múgica Zubiarrain y Zigor Ruiz Jaso, en paradero desconocido, y los franceses: Haritza Galarraga, Ives Machicotte y Amaia Recarte.

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