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Las carreteras registran la menor siniestralidad en verano de la década

La cifra de muertos en los meses de julio y agosto baja un 25%

Las carreteras vascas registraron durante los pasados julio y agosto el índice más bajo de siniestralidad de los meses de verano de la última década, que tradicionalmente son los más negros del año debido a la mayor intensidad del tráfico. Un total de 26 personas perdieron la vida en accidentes de tráfico durante esos dos meses, lo que supone un 25% menos que la media registrada en los diez años anteriores y también en relación a 2002. La comparación en cuanto a número de siniestros, con o sin víctimas, de este verano también resulta favorable respecto al periodo 1993-2002.

Estos datos, procedentes de un estudio realizado por la Dirección de Tráfico del Gobierno vasco, convierten a Euskadi en la comunidad española donde más han bajado tanto los accidentes como el número de muertos respecto al verano de 2002. Las cifras mejoran la tendencia descendente apuntada en los últimos veranos. Los meses de estío son los más complicados para el tráfico, al producirse el mayor movimiento de vehículos que recorren largas distancias y ser Euskadi una zona de paso vacacional con origen en Centroeuropa y destino Marruecos y Portugal, y viceversa.

Vizcaya es la provincia que rompe la dinámica descendente, al registrar 11 muertos, tres más que el año anterior y los mismos que la media contabilizada desde 1993. El número de heridos graves, leves y el de accidentes con víctimas se mantiene en parecidos parámetros a 2002. Por el contrario, en Álava se reducen los fallecidos casi a la mitad (de los 15 de 2002 a los 8 de este verano), aunque los heridos graves y los leves aumentan ligeramente. En Guipúzcoa ocurre prácticamente lo mismo que en Álava, al bajar de 12 a 7 la cifra de muertos respecto a 2002 y a la media de la última década y mantenerse la de heridos graves (57) y leves (64) en relación al año pasado.

"Verano sorprendente"

Hay que tener en cuenta un cambio de criterio estadístico a la hora de calificar a una persona como herido leve, ya que desde 2001 la Dirección de Tráfico del Gobierno vasco considera herido leve a todo aquel que tras sufrir un accidente acude a un centro sanitario, aunque puede darse el caso de que finalmente no sufra ningún tipo de lesión. Ello incide en el registro de los heridos leves y también en el número de accidentes con víctimas.

La A-68 (la autopista Vasco-Aragonesa, de 77 kilómetros), la N-1 (con 160 kilómetros entre el límite de Álava e Irún) y la N-634 (la carretera paralela a la A-8 y que consta de 140 kilómetros) son las carreteras más conflictivas, al concentrar la mitad de los fallecidos.

A la vista de los datos, el director de Tráfico, Jesús Arana, reconoce que ha sido un "verano sorprendente", aunque también destaca que los números parecen mejores comparándolos con los accidentes de tráfico y el número de muertos en las carreteras del resto de España, que han sido peores que otros años. "En esos buenos resultados ha podido influir un poco de todo, desde las campañas de educación vial que se han puesto en marcha hasta el buen nivel de las infraestructuras".

Arana recuerda que el Plan de Seguridad Vial del País Vasco para el periodo 2003-2006, que está en vigor desde abril, se marca como objetivo reducir en un 20% las muertes por accidente de circulación y este verano ayudará a conseguirlo, porque "ha sido muy bueno comparado con otros años". La mejora en la señalización, con paneles informativos en las principales vías (sobre todo, en la A-8) ha ayudado, según Arana, a que la circulación sea más segura. "En menos de un año terminaremos de instalar los paneles en las principales vías", anuncia Arana.

Mientras, desde el Real Automóvil Club Vasco-Navarro se apunta a la mejora de las infraestructuras como un elemento que ha podido ayudar al descenso, aunque consideran que es muy pronto para hablar de una tendencia y de una causa concreta. La directora del departamento de movilidad de esta organización, Amparo López, lo explica así: "Las carreteras son mejores, pero ¿hasta qué punto influyen en el descenso cuando la mayor parte de los accidentes no son culpa de la vía, sino de la actitud del conductor?". López cree el plan de seguridad laboral ayudará a rebajar los índices de siniestralidad, aunque echa de menos una mayor coordinación entre los principales responsables de tráfico en la comunidad, el Ejecutivo y las diputaciones.

"Espero que cambien las cosas ahora que han entrado nuevos equipos de gobierno en las diputaciones", confía.

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